Y otro parecido. Un letrero en el cristal trasero decía:...

Hace años, una invasión de cojines muy bonitos, de muchos colores, se solían poner al fondo del coche, la verdad que eran bonitos, no había uno igual, poco a poco fuimos poniendo un cojín todo vecino del entorno. Nos aproximábamos al ridículo más efervescente. Un señor, que tenía coche y estando hasta las narices de los famosos cojines, se le ocurrió escribir lo siguiente y pegarlo en el cristal del coche. El letrerito decía así: " ¡A MÍ TAMBIÉN ME ESTÁN HACIENDO UN COJÍN!

Y otro parecido. Un letrero en el cristal trasero decía: " LUGAR RESERVADO PARA EL COJÍN "