Escrito por Andrea Núñez-Torrón Stock...

Escrito por Andrea Núñez-Torrón Stock
La noticia científica más importante de la semana ha sido acogida en el congreso anual de la Sociedad de Neurociencia: nuestros cerebros estarían poblados por miles de bacterias intestinales vivas, cuyo papel está aún por descubrir.

Cada vez se tiene más constancia de que los microbios que habitan en el intestino humano son responsables de muchas cosas, que afectan nuestra salud, genética e incluso emociones. Recientemente, una investigación puntera presentada en el congreso anual de la Sociedad de Neurociencia, celebrado en la localidad estadounidense de San Diego, ha enseñado a los asistentes imágenes de microscopio en alta resolución que sugieren que existen bacterias muy abundantes en el intestino viviendo dentro de células de cerebros humanos.

Los hallazgos, por el momento preliminares, son responsabilidad de un grupo de investigadores de la Universidad de Alabama en Birmingham. La razón por la que se revelan tan importantes es que todavía se estudia cómo la microbiota intestinal puede influir en el funcionamiento y el comportamiento del cerebro, por lo que las primeras evidencias de que el cerebro humano tiene su propia población de microbiomas podría ser un hallazgo histórico si se puede confirmar en el futuro.

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Se cree que el próspero reino bacteriano del intestino podría no estar solo, sino vinculado a este microbioma cerebral humano, que residiría de forma separada en la cabeza. En el estudio, liderado por la neuroanatomista Rosalinda Roberts, se examinaron muestras de cerebro tomadas de 34 personas fallecidas, aproximadamente la mitad de las cuales tenía esquizofrenia, y la otra mitad se consideraba saludable antes de morir.

“Todos los casos contenían bacterias en cantidades variables. Las bacterias tenían forma de varilla y contenían una cápsula, un nucleoide, ribosomas y vacuolas”. Los investigadores han revelado que la densidad de las bacterias varía según el lugar donde se hallaron en la región cerebral. En concreto, se encontraron abundantes microbios en la sustancia negra, el hipocampo y la corteza prefrontal. También se encontraron en células llamadas astrocitos, las cuales juegan un papel esencial en el modo en el que se comunican las neuronas.

En cuanto a la forma en la que este tipo de bacterias intestinales aterrizan en el cerebro, esta no está clara, pero se especula que podrían haber sido transportados por los vasos sanguíneos, encontrando un hogar en los axones y en la barrera hematoencefálica. Por otra parte, los experimentos posteriores realizados por el equipo encontraron que este fenómeno bacteriano no se restringe a los cerebros humanos: la investigación con ratones también reveló evidencia del microbioma cerebral en ratones sanos, pero no en un grupo separado de ratones libres de gérmenes que se criaron en laboratorio.

Aunque todavía es pronto, si la investigación futura contribuye a explicar la existencia de este microbioma cerebral y cómo afecta a las células cerebrales, podrían darse grandes y alentadores pasos en materia neurocientífica. Hasta entonces, por ahora no se conoce si estos microbios tienen un papel beneficioso, perjudicial o inocuo para el organismo humano, aunque se sospeche su vínculo con el origen de diversas enfermedades.
Saludos
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Muy interesante Clara, el cerebro es el gran desconocido.