¿Cómo hemos llegado a esto?: cuando ir a una boda supone...

¿Cómo hemos llegado a esto?: cuando ir a una boda supone un gasto indecente.

Despedidas de tres días fuera de la ciudad, fiesta preboda, comida postenlace... Atrás quedaron aquellos tiempos donde comprarse el traje era la mayor inversión.

SARA NAVAS.

MADRID 22 MAY 2019 - 09:41.

Madrid. Ocho y cuarto de la mañana. Macarena mira el teléfono móvil después de tres cuartos de hora de natación. Al encender el dispositivo se encuentra con un grupo de WhatsApp nuevo. Comida Rodríguez es el chat donde su familia está organizando un almuerzo para el día siguiente de la boda de Rubén, su primo. El enlace, que se celebrará muy cerca de Tarancón (Cuenca), a 85 kilómetros de Madrid, obliga a esta pediatra de 40 años a hacer noche en un hotel de la localidad. Allí dormirá con su pareja y sus dos hijos, lo que supone un gasto de unos 200 euros. Cantidad a la que además del regalo (500 euros: dos adultos y dos niños) y de la despedida de soltero a la que fue su marido previo pago de 150 euros, tendría que sumarle el ticket de la comida en la que se ha visto envuelta. Porque su familia no planea juntarse en un Burger King. La comilona que los Rodríguez quieren ronda los 40 euros por comensal.

Al ver el WhatsApp, Macarena responde que ella no irá y sale del grupo sin esperar respuesta. "Sé que mi familia estará soltando espuma por la boca, pero me parece que esta comida, con todos los gastos que supone ya de por sí acudir a una boda, era totalmente innecesaria", explica la madrileña. Aún escaqueándose de la comida postboda gastará -entre hotel, despedida y regalo- 850 euros en el enlace de su primo.