Estos aparatos siempre los asocio agradablemente a ferias y
fiestas populares. Actualmente, cerca de mi casa, un señor coloca un puesto de churros los domingos muy temprano, y el olor me resulta muy agradable y evocador. El aparato, en lo esencial, parece se mantiene casi igual en la actualidad y de eso se deduce que fue un buen invento que no ha necesitado cambios sustanciales en su diseño.