CRISTINA TUERO1...

CRISTINA TUERO1

Domingo, 19 enero 2020, 18:10

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Más de cuatrocientas empresas, 433, beneficiadas, 327 proyectos desarrollados en cooperación con centros de investigación, 862 investigadores de 'nuevo cuño' y 143,4 millones de euros invertidos entre 2015 y 2019, de los que 68,8 procedieron de una subvención de Asturias RIS3. Se trata del Research and Innovation Strategy for Smart Specialisation o, lo que es lo mismo, el programa europeo de Estrategias de Innovación para la Especialización Inteligente, «una nueva forma de enfocar la promoción económica regional». Es, en definitiva, una estrategia global de transformación de los territorios donde las ayudas están destinadas a «pagar la innovación. Lo invertido tiene que revertir en riqueza».

El programa europeo, que en nuestra región echó a andar en 2015, supuso un «cambio de mentalidad» tanto para la administración como para las propias empresas. Porque se pasaba de una subvención sin condiciones a unas ayudas en las que sus receptores tendrían que pensar en nuevos desarrollos de productos o servicios orientados hacia aquellos sectores que pudieran ejercer una «capacidad de arrastre» sobre la sociedad y sobre el tejido empresarial.

Para ayudar en el enfoque, un comité liderado por el Principado, con el Idepa a la cabeza, y en el que participaron representantes de la Universidad de Oviedo, de empresas -innovadoras y tractoras-, y del mundo científico asturianos, definieron 17 prioridades temáticas que agruparon en seis campos de especialización. Su elección respondió a «las evidencias de las fortalezas existentes respecto a los conocimientos científico-tecnológicos y a las capacidades industriales de la región». Dos de ellos, el polo industrial del acero y el del envejecimiento y calidad de vida, se rigen por un enfoque hacia la actividad económica y sus mercados mientras que los otros cuatro se plantean por «interrelaciones regidas por las tecnologías».

Situación de ventaja

El abanico de posibilidades abierto era muy importante y esa necesidad de configurar un liderazgo industrial a través de la tecnología, al tiempo que se ponía el punto de mira en nuevos mercados y se iba creando un nuevo modelo de gestión del territorio -conciliando crecimiento económico con desarrollo sostenible y retos sociales- era realmente prometedor. Estaba sobre la mesa un potente instrumento para exprimir los recursos de la región, de multiplicar el retorno de generación de riqueza y de crear nuevos puestos de trabajo y todo ello en áreas donde Asturias podría posicionarse en ventaja respecto a otras regiones del entorno.

Pequeñas y medianas empresas se pusieron manos a la obra y comenzaron a brotar proyectos con un cometido: especializarse y aprovechar sinergias para ser más competitivos. Posibilidades de ayuda que ofrece el Idepa, todas: desde subvenciones para proyectos de I+D o Innovación, hasta cheques tecnológicos o capital semilla para nuevas empresas innovadoras de base tecnológica. También programas para entrar en proyectos europeos o convocatorias más científicas u orientadas a la carrera investigadora, ejecutadas a través de la Ficyt.

Tres campos de especialización marcaron el camino: el de suministros y tecnologías para redes, que acapara el 28% de las subvenciones concedidas (19,1 millones); el de materiales, con el 21% (14,3 millones) y el de nuevos modelos de producción, con el 20% (13,6 millones). Tres patas firmes de esta estrategia de innovación que destacan en porcentajes y cuantías por el propio tamaño de las empresas que están detrás de los proyectos. En estos ámbitos se mueven compañías como ArcelorMittal, ThyssenKrupp, Química del Nalón, Tudela Veguín, Alcoa, Gonvarri, Saint Gobain, Olmar, Izertis, Iturcemi o TSK.

Los proyectos abarcan desde las pasarelas de embarque de pasajeros hasta el desarrollo de vidrios para el cultivo de microalgas, o la nanotecnología aplicada al desarrollo de nuevos aceros, o al de materiales que mezclan grafito y grafeno pasando por la depuración ecoeficiente o la investigación y desarrollo de tejidos corneales por impresión 3D a partir de biotintas de origen humano.