LA INFLACIÓN Y LA RECESIÓN DESTRUYEN NUESTRA RIQUEZA....

LA INFLACIÓN Y LA RECESIÓN DESTRUYEN NUESTRA RIQUEZA.

La Presidenta del BCE, Cristine Lagarde anuncia el mayor aumento de los tipos de interés en 22 años, y un mecanismo para controlar las primas de riesgo, porque efectivamente la decisión entraña un riesgo inevitable. La ciudadanía, los trabajadores van a sentir sus efectos.

La Presidenta ha manifestado que hará todo lo que haya que hacer para atajar la inflación, sin mencionar sus consecuencias. Pues bien, la subida brusca del interés no producirá más petróleo, ni gas, ni nos permitirá tener más alimentos. Tampoco nos ayudará a mejorar nuestra sanidad o la enseñanza.

En realidad no atajará la inflación puesto que la razón para esta escalada de precios se debe a la escasez de petróleo, de gas, fertilizantes y productos alimentarios, así como los problemas en el suministro a nivel mundial. Será la propia carestía de la vida que castigará el consumo lo que desacelerará el alza de los precios.

Con la decisión del BCE se castigará la inversión y el consumo, lo que puede obstaculizar las respuestas necesarias para solucionar la escasez de la oferta.

La medida fundamental para combatir la inflación sería invertir en negociaciones para darle una solución diplomática a la guerra de Ucrania mediante la distensión y la paz.

Tambien son medidas eficaces invertir en el campo, en explotaciones ecológicas, en arboles y acuiferos, en más guarderías para que las mujeres puedan incorporarse al trabajo, invertir los fondos en paneles solares, en empresas de instalación y en empleo. En definitiva, sustituir en parte las energías fósiles por la solar y otras limpias, poniendolas en manos de la ciudadanía, mejorando la productividad.

El BCE erró en la crisis del 2008, y vuelve a errar cuando no tiene en cuenta que esta inflación se debe a perturbaciones en la oferta que afecta al poder adquisitivo de salarios y pensiones.

Eso muestra que los salarios y pensiones van por detrás de los precios, y no son culpables de la inflación. En cambio, todo indica que las grandes compañías, debido al control que tienen sobre los precios, están trasladando la inflación a la ciudadanía con pingues beneficios añadidos.

Subiendo bruscamente los tipos de interés volvemos a darle beneficios extra al sector bancario, mientras que las turbulencias en el gas y el petróleo son aprovechadas por los cárteles de estos sectores.

Una política que encarece rapidamente el dinero hará mucho daño a la ciudadanía, a trabajadores y pensionistas, a autónomos y pequeñas empresas. Lagarde combate la inflación con medidas que nos llevarán a la recesión, y el Gobierno español no tiene en cuenta que los fondos europeos tienen que destinarse a invertir en transformación energética y digital contando con la ciudadanía.

Debe abordar la urgente tarea de remodelar el sector financiero y el energético que estrangulan los avances que necesitamos.

Los errores se corregirán porque seguiremos fracasando, y cuanto más se tarde, las medidas y los costos seran mayores.

Las temperaturas extremas ya nos lo está anunciando.