Niño víctima del holocausto, llevado a cabo por médicos en su mayoría, que fueron los que, El aborto

Niño víctima del holocausto, llevado a cabo por médicos en su mayoría, que fueron los que le "aconsejaron y asesorararon" al respecto a quien todos sabemos y no me da la gana nombrar.

Por el mismo derecho, el de libre expresión, opino lo siguiente.

• Cuando en el seno de una familia humilde, buena, cristiana o religiosa, ya sea de una religión u otra pues eso da lo mismo, en cuanto son todas iguales de fanáticas, cuando en una familia digo, nace una criatura con malformaciones físicas o psíquicas muy visibles, lo primero que se preguntan esos padres, así como otras personas, ya sean allegadas o extrañas, es: ¿Qué hemos –o han- hecho para merecer esto? Porque claro es que nadie lo acepta sin más en un principio.

• Cuando en una guerra mueren, tanta/os niña/os, como adultos inocentes, pierden sus casas y posesiones, son despanzurrados por las explosiones o derrumbes, algunos nos preguntamos: ¿Qué han hecho tantos inocentes para merecer esto?

•Cuando son violada/os tantos menores por desalmados –tanto curas, como frailes con esa condición incluidos-, como por sus padres, hermanos, primos y vecinos –todos ellos sin alma, por supuesto, algunos nos preguntamos: ¿Qué han hecho esta/os pobrecilla/os para merecer esto?

•Cuando son violadas tantas jóvenes –y no tan jóvenes- por tanto hijo de puta que hay suelto por el mundo, ya sea con sotana, chaqueta, albarda, camisa o levita da igual, ya que “el hábito no hace al monje”, algunos nos preguntamos: ¿Qué mal han hecho, o qué han hecho mal para merecer esto esas mujeres?

•Cuando nos enteramos de tantas torturas que sufren la/os detenida/os en muchos países, tanto por manos de policías como por las de militares, desde soldados hasta la más alta graduación, siendo sus crímenes protestar por derechos humanos o por reivindicar derechos de bienestar social a sus gobiernos, algunos nos preguntamos: ¿Qué mal estaban haciendo? No considerando como tal el pedir sus derechos, o protestar en la calle o medios de comunicación por una tiranía social, o dictatorial de sus gobernantes.

•Cuando un mayor, ya sea el padre, el hermano, el pariente, o extraño, da tal paliza a un/a menor –muchos de ellos bebés-, dejándoles señales de los golpes por todo el cuerpo, así como quemaduras de cigarrillos –por no hablar de las psíquicas, las cuales quedan en todos los casos anteriores igualmente-, algunos nos preguntamos: ¿Qué han hecho esa/os inocentes para merecer eso? (Alguno de mayor piensa que hubiera sido mejor no haber nacido)

Cuando todas esas preguntas se las haces a algún “religioso”, te responden que: “Son castigos de dios”. Si les dices que ¿cómo es que dios castiga a unos padres buenos de esa forma, te dicen que lo mismo es que castigan al que nace, pues pudo ser una persona mala en anterior vida y dios le hace volver de nuevo “a penar” con el castigo congénito. Esto en unos casos, en otros te dicen –por no dar su brazo a torcer, porque lo que predican es una engañifa y por muchos intereses personales- que “dios es sabio, es grande, y que sus caminos son inescrutables”, además de salirte con la banalidad de que “es cuestión de fe”.

¿De qué fe? ¿La de creer en algo que nadie ha visto –ni verá, porque el motivo es obvio-, solamente porque lo digan los que lo predican? ¿O la fe que se forja uno en la vida a base de observar la hipocresía de estos “prediqueros, mangantes, liantes y vividores a costa del prójimo? Porque esta fe no es la misma, ni mucho menos, que la que ellos piden, ya que la suya –a tenor de sus actos- no lo es. “Predicar con el ejemplo” creo que dijo Jesucristo.

Si es el damnificado: el culpable es él, porque “algo habrá hecho” te dicen; si es el verdugo: “alguien tiene que poner orden a tanto desmandado” te dicen. Y si es relativo a las féminas te dicen: o que van provocativas, o algo habrán hecho para provocar e instigar al machote. ¡Toma ya!
O sea, que siempre el culpable es el mismo.

“Me matan si no trabajo y si trabajo me matan; ay ay ay, siempre me matan” dice una canción.

También leí en un libro, que a san Andrés o a san Agustín –que esto no lo recuerdo bien, ya que casi todos los santos han sido guerreros o militares- “se le descolgó” –y a propósito de una ciudad sitiada por sus tropas- estas “ocurrencias divinas”, ya que le valieron la santificación:

S. A.: -Levantad el campamento, pues esta noche acamparemos aquí –inmediaciones de la plaza- y mañana asaltaremos la ciudad y pasaremos sus habitantes a cuchillo.

A lo que uno de los oficiales le respondió: -Mi general –la graduación es lo de menos, el caso es que él mandaba aquél ejército-, no podemos hacer eso, pues ahí hay fieles e infieles y por tanto mataríamos a gente nuestra.

A lo que “el santo” le respondió: Dios es sabio y Él sabrá escoger los suyos cuando estén todos allá arriba. Y señalaba al firmamento.

¿Qué, o cuales son crímenes?

¿Cuando una persona ha nacido, está desarrollada, crecida y se la tortura, se la veja, se la hace pasar hambre y se la mata? Y esto llevado a cabo tanto por fuerzas del orden, militares, como por políticos y hasta por médicos que les da por experimentar haciendo aberraciones con los humanos, tanto con nonatos, como neonatos, como con adultos.

¿Cuándo no es siquiera un embrión, a veces ni un cigoto, y por tanto no se sabe lo que será aun, si un tullido, un malformado, un retrasado mental, un médico, un científico, un asesino, un cura, una bella persona o un hijo de puta? Aunque esto último les coge a muchos de los enumerados, de forma que pudiera ser el apellido.

Yo no soy mujer, pero creo que si lo fuese pensaría con más razón lo que pienso: la mujer es la dueña de su cuerpo y por tanto puede decidir por sí misma lo que quiera hacer con él.

Si “cree religiosamente” que no es bueno, pues que no aborte; si cree que es bueno para ella, o porque no quiere parir, o porque la dé la gana hacerlo, que aborte, pero no tiene que decir nadie, no tiene que generalizar nadie, que lo que comete es un crimen. ¿En qué está basada esta afirmación? En lo científico, en lo racional, en la libertad del individuo, no desde luego.

Los matanzas, incluso las de hambre –y de estas saben mucho las iglesias aunque nos quieran “vender la moto nueva” de otra forma-, los asesinatos -hasta los políticos-, los abusos, las torturas –incluso psíquicas-, sí son crímenes. Y todos están “en vigor” también; a la orden del día. Por el contrario que con el aborto, todos los que cometen estos crímenes lo hacen contra otras personas y no son “los dueños” de esos cuerpos.

Así que, y por tanto: ¿Quién, o quienes son los criminales?

Saludos