Como siempre, te vas de un extremo al otro. ¿Es que no existe para tí el término medio? Te esfuerzas en mostrarnos la maldad que existe en el mundo y no es necesario, porque todos nosotros ya la conocemos. Por eso, nuestra esperanza se encamina hacia el Bien y tenemos presente la promesa de una renovación. Los buenos se salvarán y los malos se perderán. No eches en saco roto esta advertencia.