No hay que confundir el tocino con la velocidad. El...

No hay que confundir el tocino con la velocidad. El aborto siempre ha sido un gravísimo atentado contra la Ley Divina, a pesar de las pataletas absurdas de sus partidarios. Lo mismo han ido e irán a la segunda muerte, las aristócratas que las plebeyas, como los defensores de crimen tan abyecto. Irán a un lugar sombrío y siniestro, donde el paso interminable del amargo tiempo les parecerá eterno.