Fernando Ónega: la sintaxis de Suárez...

Fernando Ónega: la sintaxis de Suárez
Fernando Ónega fue el gallego que le entregó a Adolfo Suárez la sintaxis precisa para acabar con la quietud suicida de Carlos Arias Navarro

Fernando Ónega: la sintaxis de Suárez
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Juan Cruz
Madrid
07 de septiembre del 2022 a las 06:50. Actualizada a las 09:59
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En la época en que España se tenía que quitar las legañas terribles del abuelo que fue dictador, Fernando Ónega fue el gallego que le entregó a Adolfo Suárez la sintaxis precisa para acabar con la quietud suicida con la que Carlos Arias Navarro, llamado por un periodista inolvidable, Cuco Cerecedo, Carnicerito de Málaga, intentó parar España en 1975, o aún más atrás.

En aquel país al que le faltaban palabras para decir “no es esto, no es esto”, un discurso que explicara, por ejemplo, que los comunistas también podían integrar un ejército de paz en una nación de tanta guerra, Fernando Ónega le dejó en el escritorio al presidente Suárez algunas metáforas que le dieron al que se atrevió a activar la Transición oportunidad de explicar que sus profesas no iban de farol. Que llevaban dentro el engranaje de los grandes proyectos “de país”, como se dice ahora.

Con cuatro palabras (las más recordadas, “puedo prometer y prometo”), en aquellas ocasiones que parecían de cristal rompible, el periodista más gallego que he conocido después de Álvaro Cunqueiro, convirtió a un joven hasta el momento intransitivo, al que sólo se le atribuía astucia, en un pilar de un país en efecto diferente. Se fue rompiendo el pasado para que el futuro tuviera algo que decir. En la trastienda de ese compromiso estaba Ónega, mirando de lado, como si él no fuera el que maneja la pluma con una maestría que antes y después sería el núcleo de su periodismo que huele a poema gallego plantado en el Manzanares.