Tu nombre, como dices no importa, ni el mio ni el del otro añado yo. Pero, leches, déjame te felicite y repita tu slogan, me gusta y deberíamos gritarlo en alto los que así pensamos:
dejemos la resignación
e iniciemos la revolución
¡paro no ¡basta ya ¡
¡paro no ¡basta ya ¡
¡paro no ¡basta ya ¡
¡paro no ¡basta ya ¡
¡paro no ¡basta ya ¡
¡paro no ¡basta ya ¡
dejemos la resignación
e iniciemos la revolución
¡paro no ¡basta ya ¡
¡paro no ¡basta ya ¡
¡paro no ¡basta ya ¡
¡paro no ¡basta ya ¡
¡paro no ¡basta ya ¡
¡paro no ¡basta ya ¡