Buenas tardes a todos: Pasaba por aquí y me detuve...

Buenas tardes a todos: Pasaba por aquí y me detuve a pensar en el pasado, cuando me encantaba escribir a mano. De esto no hace tanto, las nuevas tecnologías poco a poco me fueron conquistando. Recuerdo, y de esto no hace tanto tiempo, a mis amistades les sorprendía el hecho de que siguiera en mis trece, con mi antigua teoría. ¡Mirar si me gustaba escribir a mano! que por padecer un problema visual, tenía que emplear una matriz debajo del folio con renglones para no torcerme y conseguir un trabajo aceptable, sin importarme el esfuerzo consiguiente.

Ha pasado el tiempo y mi vista ha empeorado. Primero empece, muy a pesar mío, con una máquina eléctrica Olivetti sin tener ni la menor idea de su funcionamiento. Con ella hice muchas cosas, textos, poemas, narrativa..., cuando todo el mundo o casi todo, usaba el ordenador.

La verdad, para una persona como yo, que siente el arte profundamente, pues además de todo lo relacionado con la escritura pinto, pienso con cierta nostalgia que me encantaría en esto, como en algunas otras casas, volver atrás en el tiempo para soñar.

A continuación, os dedico una de mis poesía inspirada en lo expuesto, y como recuerdo de una época mágica y muy difícil de olvidar.

Un saludo.

A LA MÁQUINA DE ESCRIBIR

A la máquina de escribir,
compañera de muchos ratos,
de un tiempo que sin sentir
mis días iban pasando.

Contigo aprendí veloz,
a escribir de otra manera,
contigo me sentí feliz
en lnvierno y primavera.

Sentada frente al escritorio
mis dedos se deslizaban
sobre las letras del teclado
y rauda en el folio las marcabas.

Tu bien inventado mecanismo
me parecía de magia o brujería,
siendo ignorante en la materia
una experta me sentía.

Cartas, textos, poesías
iba yo páginas llenando
para no pensar en las penas
que la vida me estaba dando.

Llegamos juntas todavía más lejos
y a escribir un libro me atreví,
la vida de Samuel, mi marido
que se apagaba sin vivir.

Hoy tu imagen obsoleta
dio paso a las nuevas tecnologías
desde donde te escribo contenta
brindándote mi poesía.

Mas a ti, compañera de fatigas
siempre te recordaré con ilusión,
aunque ahora permanezcas dormida
y como motivo de decoración.

Tú, mi querida Olivetti
más bonita que el ordenador
¡de otro tiempo mi fiel amiga!,
¡confidente de mi alma lo mejor!,
obedeciéndome al instante
sin necesidad de "ratón"

Yosefín