Amigo mio cuando se cuentan tantas cosas, con tantos datos, nombres y lugares y encima sin alardes de aquellos a los que somos muy afines, solo me queda decirte que haces muy bien en contar con nosotros para que te leamos y que nosotros estamos encantados y agradecidos de leer tus vivencias de las que podemos sacar algunas que otras ideas, conclusiones, reflexiones; y alguna que otra lección de un maestro que dio tantas.

Nuestra mochila se confunde fácilmente con nuestra columna vertebral, quizás casi forme parte de nuestro ser, se aprecia que tu mochila pesa poco, está exenta de rencores, y abundante en afectos, vacía de desencuentros y llena de vocación, sin ninguna porción de indiferencia profesional y abultados paquetes de entrega para los docentes. Sabes que Manuel Lara, para tu estimulo y con sinceridad te diré que cuando nos dejas mojar en la salsa de algunos de tus escritos, al menos yo, me siento agradecido.

Saludos