Así es Conde soñar es sentir y no se si es vivir más...

Así es Conde soñar es sentir y no se si es vivir más intensamente.

UNA MIRADA AL AYER (sigo)

Hoy el Tío Roséndo vienen con el cigarro pendiendo del labio inferior y con una sonrisa en el rostro, ese rostro curtido por las inclemencias del tiempo, pero eso sí, rasurado como mandan los cánones de su idea de lo que es ser un hombre pulcro.

No sé porque podría llegar tan risueño si al fin de cuentas todos los días eran iguales, o al menos eso parecía, no obstante y haciendo memoria de una de sus teorías filosóficas recuerdo aquello que él decía, las cosas y los días son un polinomio entre nacer y morir, y nada es lo mismo a los 15 años que a los 80, ni nosotros mismo somos iguales.

Entra no sin antes limpiarse los pies en el saco de arpillera que había delante de la puerta, saluda a su manera como era de costumbre, (¿qué hacemos de provecho?), se sienta junto a la mesa camilla y casi sin dar tiempo a ningún comentario desgrana la razón de aquello que le hacía reír. ¿Sabéis que?, hoy al darle de beber al burro en el cubo, era tanta su ansia que se les quedo encajado el hocico en el cubo y corría de un lado a otro resoplando como queriendo tocar su trompeta, ¿será que hacer las cosas llevados por la impaciencia casi nunca resultan favorables y no solo en los burros?.

¿Sabe Vd. que dice el tío Casímiro que él tenía una vaca que daba 30 litros de leche?, con la picaresca que le poseía al tío Roséndo decía, si, si y otra que daba 2 litros, el tío Casimíro dice siempre la verdad, solo que a veces las aumenta un poco para hacerlas más creíbles.

Hoy he visto unos gorriones bañándose en un charco, seguro que pronto llueve, no sé si podremos sembrar el trigo antes, ya podemos correr o no seremos los primeros en la trilla. De un momento a otro el tiempo cambia muy rápido por pequeñas modificaciones climáticas, y las personas cambiamos por insignificantes contrariedades.

Bueno me voy mañana os cuento otras cosas, seguro que os gustara oírlas, hay que acostarse pronto porque al venir el día hemos de estar en el tajo.