A propósito:
En la pesca deportiva no hay arte ni cultura ni puestos de trabajo ni identidad nacional. Es el puro recreo del pescador que para atrapar a un lucio, por ejemplo, utiliza un anzuelo triple, potera bien sujeta por la empatadura, mosca de cabeza metálica, seda de color oliva, pata riñonada de pardo aconchado y brinca de tinsel fino. Prendido del anzuelo de acero, bárbaramente herido por tres sitios a la vez, el pez sufre la angustia de la muerte durante media hora, de tira y afloja, de atroz forcejeo.
De mi admirado J. M. A.
En la pesca deportiva no hay arte ni cultura ni puestos de trabajo ni identidad nacional. Es el puro recreo del pescador que para atrapar a un lucio, por ejemplo, utiliza un anzuelo triple, potera bien sujeta por la empatadura, mosca de cabeza metálica, seda de color oliva, pata riñonada de pardo aconchado y brinca de tinsel fino. Prendido del anzuelo de acero, bárbaramente herido por tres sitios a la vez, el pez sufre la angustia de la muerte durante media hora, de tira y afloja, de atroz forcejeo.
De mi admirado J. M. A.