Mi asiento, en el metro de Madrid...

Mi asiento, en el metro de Madrid

Los días son más largos ahora, en el verano, y el viaje de vuelta lo hago aún con sol.

No hay cosa que me guste más en el mundo que estos viajes en el metro, hasta voy al trabajo con el starphone con ganas, y me olvido del cansancio cuando vuelvo. -Es lo que pasa cuando hay un aliciente en la vida. -
Te haces a la idea y te parece que vas de gira, en vacaciones, por sitios desconocidos. Eso es lo que a mí me pasa, por lo menos; en la linea 10, es que ya sé a dónde puedo llegar, yo no me engaño, estando como están las cosas.

Ahora, a mí me gusta ir sentado.
No creo que eso sea pedir gollerías. Yo no me meto con nadie, pero quiero ir sentado en un asiento, a ser posible al lado de una señora Boliviana joven jovencísima, que lleve un carrito con un bebe de esos que te miran y se ríen por que te ven que tu estas mirando -ahora en verano a mamá.

Me tengo que levantar temprano sólo para coger un buen sitio y poder ir sentado, como digo y tomar el sol ya entrando en la Casa de Campo en la primera estación después de la de Príncipe Pío, que es el Lago (precioso con embarcaciones que si no le conocen merece la pena aunque sea solo dando un paseo con la pareja a la orilla, es una “maravilla” y no exagero un ápice,) y mirar en el metro por los cristales. Es que estos viajes, si no los haces sentado, pierden mucho. No es lo mismo, vas cómodo y además te distraes lo tuyo; el trayecto se te hace placentero no quieres llegar nunca sentado y sin hacer caso es otra cosa que mirar la gente y que entra y sale en cada estación por la puertas corredera –ANTES DE ENTRAR DEJEN SALIR-

_ ¡Qué juventud esta...! _oigo murmurar a una pareja mayor. Mi padre iba al trabajo andando...

Para ir sentado en el metro has de levantarte temprano, O lo dejas para eso de las 12 o las 13 que va menos gente, -los Domingos- Ya saben la una del medio día

Mi madre estas cosas parece que no las entiende.

Pero, claro, el metro que pasa casi vacío cuando yo lo cojo también acaba por llenarse, muchas veces un par de paradas más allá, con toda la gente que espera.
En la estación de San José de Valderas

Yo tomo el sol y contemplo el campo de tiro, Campamento y La venta la Rubia que era donde iban a construir “Las vegas” lastima lo que pudiera haber visto a eso de la 8/9 de la mañana cuando después de muchas apuestas de todo tipo saliera el personal de los casinos, las “jais sin rimen en los ojos (pero no pudo ser pese a los puestos de trabajo que se perdieron)
Ya mientras, viajo en el metro, sentado en mi asiento, procurando no mirar a la gente que va dentro ni hacer caso de ella.
Cada uno de estos que van a mi lado, si pudieran, me quitarían mi asiento para sentarse ellos; me echarían de él a la fuerza, me arrojarían incluso en marcha con tal de dejarles libre mi asiento.

Ya pasamos de Alcorcón y llegamos al municipio de Móstoles (¿se acuerdan de aquel alcalde que derrotó a Napoleón?) bueno ahora es otro “político” claro.

La señora sostiene al niña/o en sus brazos. La madre con el hijo, la mujer con la criatura, de pie en el metro, justo al lado de un chalado que parece que no se entera y que no se levanta ni “pa Dios.”
Yo ya me estaba preparando para apearme porque antes pasamos
Por las estacines de:

Casa de Campo
Colonia Jardín
Aviación Española
Cuatro Vientos
Joaquín Vilumbrales
Puerta del Sur.
Que precisamente es donde termina el magnifico trayecto que si usted viene a Madrid
Pueden hacer como el viaje de placer mejor de su vida.

Por Conde
Y muy buenos dias