EL TEMPORAL...

EL TEMPORAL

Hemos venido de Estepona para pasar la Navidad con mis hijos y nietos aquí en Fuensanta y la verdad es que nos ha cogido de lleno el temporal que estos días hemos padecido que, al menos allí en Málaga, es totalmente contrario a como se comporta la atmósfera y el tiempo por estos lares. Y la verdad es que uno no está muy de acuerdo con echar toda la culpa de esto al calentamiento global de la Tierra porque toda la vida han existido estos temporales de lluvia, frío o viento, que todos recordamos haber padecido, de vez en cuando, a lo largo de nuestra vida. Pero lo que si parece evidente es que ahora estos episodios son más virulentos, más generales y más frecuentes, y ahí si que es verdad que pueda de consecuencia de ese calentamiento global, que aunque los científicos catalogan de muy preocupante por lo que se ve a los políticos les importa un bledo porque recientemente ha habido aquí en Madrid una reunión internacional para abordar este tema y la verdad es que no han llegado a ningún acuerdo demostrándonos que a ellos les traen al pairo todos estos problemas de sus ciudadanos que precisamente ellos son los que tendrían que solucionar.

Yo lo que si puedo asegurar es que para mí hoy, día 20 de diciembre, ha sido el peor día de mi vida en cuanto a padecer esas extremas inclemencias del tiempo. Estábamos en Úbeda, con mi hijo Simón, y habíamos llegado allí primero porque teníamos que ayudarle a hacer el traslado del piso y con ese motivo hemos tenido que estar todo el día calle arriba, calle abajo, con enseres, muebles, ropas y eso en un día como hoy, ha resultado algo francamente terrible. Ese viento, esa lluvia torrencial, ese cargar y descargar constantemente, en plena calle, los enseres y los utensilios que supone una mudanza es algo que uno ni quiere ni puede soportar máxime cuando su edad es bastante avanzada. Además el frío que hace en Úbeda y Baeza comparado con el que hace en Málaga es algo que complica sobremanera una situación tan dura como la de hoy.

La verdad es que en otro sentido, en el familiar, en el paternal y en el sentimental, hoy ha sido un día extraordinario porque hemos ayudado a nuestro hijo, con todo nuestro amor, a realizar gran parte de ese trabajo que era necesario e inaplazable y ahí teníamos que estar, nosotros, contra viento y marea porque los padres tenemos que estar, mientras podamos, totalmente a disposición de nuestros hijos.

Ya por la tarde, con unas nubes oscuras que cegaban el horizonte, y lloviendo sin parar, nos vinimos a Fuensanta, donde nos dijeron que aquí también el día había sido bastante insoportable y de hecho la riada que bajaba por el río lo demostraba. Bueno pero en honor a la verdad hay que decir que bien venida sea ese agua abundante y molesta por el viento y la intensidad, porque gracias a Dios ha venido sin hacer daño y sin duda que será beneficiosa para esos olivos y ese aceite, que está pasando por sus peores momentos, y que necesita ayuda de la naturaleza, de los políticos y de la economía para que pueda seguir siendo rentable su cultivo y su explotación, para Fuensanta y los fuensanteños. Y como estamos en Navidad pedir al Niño Dios que nos eche una mano, en este enojoso asunto.
Felicidades a todos.