LA VERBENA...

LA VERBENA

La verbena es esa celebración de música y baile que se organiza en todas las ferias de los pueblos en España y que es la parte más social de las mismas porque en ella las familias del pueblo, acudían con sus mejores galas para disfrutar de una velada de convivencia y boato, no exenta del ánimo de sorprender a los amigos y conocidos para ver quien se llevaba, el mayor elogio, o la mayor aceptación, por parte de toda la concurrencia.

Siempre estas celebraciones no eran totalmente abiertas y libres para todo el pueblo sino que existían una serie de organizaciones, casinos, peñas o clubes, que solo permitían la entrada a sus socios haciendo imposible que los demás pudieran disfrutar de esas prerrogativas.

Esto sigue existiendo todavía y la gente mantiene el orgullo de pertenecer a uno u otro organismo de recreo, deportivo, cultural o profesional para sentir un cierto rango o superioridad, que es absurda, pero que eleva a un grado supuestamente superior el orgullo y la banalidad de la gente que de forma soez y grosera piensa sentirse superior a los demás ignorando lo que es más importante que es el ser, la persona, sus valores humanos, su educación, su dignidad y su aceptación del otro, el ciudadano que comparte contigo la vida real y la convivencia en todos los órdenes.

Últimamente a raíz de la democracia en todas las ferias de nuestro país existen las Casetas Municipales que gestionan los municipios y que de forma gratuita, sin ningún requisito ni limitación, pueden disfrutar todos los vecinos del pueblo.
Gran avance este que permite que allí todos seamos iguales, nos sintamos piezas de un mismo puzzle en el que todos debemos encajar y al que todos aportamos nuestra participación para que la obra quede perfecta.

Yo recuerdo que la primera verbena que yo viví, de cierto rango e importancia, fue una verbena típica de barrio en Madrid donde habíamos ido en viaje de estudios y donde coincidimos por San Isidro que es cuando más se celebraban estas fiestas.
Recuerdo los trajes típicos madrileños, de chulapas y castizos, su manera de vestir, su manera de bailar el chotis, sus farolillos, sus gaseosas, sus sillas u mesas de madera y un ambiente que era calcado de las típicas Zarzuelas madrileñas que luego vería en los escenarios o en televisión.

Yo soy un enamorado de las verbenas y de los bailes de feria, yo escucho esa música tan alegre y tan movida y me dan ganas de salir a bailar, bueno me daban porque ya bailo menos, pero en mi época más joven yo no podía resistir la tentación de abrir el baile cuando a veces nadie salía, por temor a ser los primeros, la música se desperdiciaba porque no había parejas en la pista. Y muchas, muchas veces, con la siempre resistencias de mi Señora, a la que le costaba hacerme caso, salíamos los primeros a bailar para que aquel baile se movilizara y para que el ambiente se caldease. Y todavía de vez en cuando asistimos un baile solemos echar unos piececitas.. Así que en este sentido yo ya puedo hacer mío ese refrán que dice “Que me quiten lo “bailao”.