EL HOYO...

EL HOYO
Para los que no sean de Jaén, o su provincia, para los que no tangan un contacto tan directo con ese oro líquido, el aceite de oliva, del cual en estas tierras somos los mayores productores y los más defensores y protectores de ese árbol maravilloso que lo produce el olivo, la palabra hoyo tiene un significado estrictamente semántico, es decir un agujero o depresión producida en una superficie plana o abrupta. Sin embargo yo al utilizarlo en mi entorno le doy un significado alimenticio ya que un “hoyo” para nosotros los de Jaén es un trozo de pan o canto, al que se le hace un orificio, en la parte central, pero sin llegar a calarlo, al objeto de verter en él después, aceite puro de oliva. virgen.

Este era un alimento muy común en los años 1940, 1950., que eran años muy difíciles y de muchas carencias, y sobre todo para los niños un hoyo de aceite, aderezado con azúcar o con una onza de chocolate, era una merienda muy nutritiva con la que nos alimentábamos en mi infancia, casi todos los días.

Hay que tener en cuenta que a nosotros no tiene que ensañarnos nadie lo que comer porque si utilizásemos la maravillosa comida mediterránea, aquellas recetas de nuestras madres y de nuestras abuelas, tendríamos asegurada nuestra salud, la de nuestros hijos y nietos, y muchos de los casos de sobrepeso y de obesidad que por desgracia ese otro tipo de alimentación que la era moderna, ha introducido en nuestros hogares, con la comida preparad las hamburguesas, las pizzas, la bollería industrial, eso que se conoce con el nombre de comida basura y que la ausencia de la mujer en el hogar, a causa de su necesidad de trabajar, la falta de tiempo y la influencia de la publicidad, nos han hecho aceptar, aunque no con agrado.

Hay que volver atrás en muchas cosas, hay que cambiar los bollicaos, y los donus por aquellos “hoyos” con aceite para nuestros niños, los potajes, los cocidos y las sopas, que hacían oler nuestras casa a comida sana, porque ahorraríamos mucho dinero y ganaríamos mucha salud y vida.