MANUEL. Bonita canción. La recuerdo bien.

UN ROTO EN EL PANTALÓN.
Todos los días salgo a la calle para dar un paseo recomendado por mi doctor. La calle sigue siendo un "pozo de sabiduría. La calle nos regala los diferentes acontecimientos que presenciamos. Un gato que corre y se mete debajo de un coche. La sirena de una ambulancia. La policía vigilando por nuestra seguridad. Los estudiantes camino del colegio. Los bares y cafeterías despiertan para tomar el primer café. Las gaviotas trazan círculos en el aire. Tiendas y comercios abren sus puertas. La gente sale de casa, cada cual va cumpliendo su recorrido, su trabajo. Unos andando, otros en coche y muchos más en los servicios públicos.

Tendría yo unos 17 años cuando mis padres me compraron un traje, bueno, el paño para que el satre me hiciera un traje. La verdad, era muy bonito. Por aquellas fechas se llevaban los trajes con rayas. El mío era marrón con rayas blancas. Las rayas eran más o menos anchas. Recién comprado tuve la desgracia de romper mi precioso traje haciendo un siete como vulgarmente decimos. Como se enteraran mis padres, paliza segura. Así que tomé el traje y corriendo llegué a un convento de monjas cercano a mi casa. Lo que no hagan las monjas no lo hace nadie. Al día siguiente el traje quedó tan bien que a duras penas se reconocía el zurcido. Lo que no hagan las monjas: cocinan muy bien, cosen, muy bien, bordan, hacen dulces... y rezan: por usted y por mí.

Sigo recorriendo las calles y es curioso, yo que rompí el pantalón, veo con sorpresa como chicos y chicas llevan el pantalón vaquero ROTO A CONCIENCIA. Unos rotos tan grandes que no se sabe si ha sido encontrado en el vertedero o un perro que pasaba por allí se entretuvo mordiendo el pantalón.

Me viene a la memoria una canción de nuestra juventud.
CIUDAD SOLITARIA
Todas las calles
llenas de gente estan
y por el aire suena una musica
chicos y chicas van
cantando llenos de filicidad
mas la ciudad sin ti
esta solitaria.
manuel

MANUEL. Bonita canción. La recuerdo bien.