EN GRANADA...

EN GRANADA
Ha sido Granada la de Federico García Lorca, la del Darro y el Genil, la del Albaicín, la de los Reyes Católicos y la de su sin par Alhambra, esa ciudad embrujada y enigmática, encantadora y cañí, esa de la que cantaba el poeta aquello tan real y tan dramático. ”No hay pena mayor que ser ciego en Granada”
Hoy hemos iniciado aquí nuestro último destino de los viajes del Imserso, y aquí vamos a permanecer hasta el domingo con muchas ganas de disfrutar, una vez más, de toda la si historia y de la de su provincia que también recorreremos en esta visita cultural.
Permitidme que, haciendo un poco de historia, y os cuente el último episodio de la Granada Mora que propició que los Reyes Católicos llevasen a cabo la toma Granada.
Boabdil, el Chico, nacido en la Alhambra, hijo de Muley Hacén y la sultana Aixa, se sublevó en Guadix contra su padre en 1482 y accedió al trono gracias al apoyo de los abencerrajes y de su propia madre. Combatió a su padre y su tío, quienes también se consideraban legítimos reyes de Granada.
Durante la batalla de Martín González, en el término municipal de Lucena, fue apresado por los Reyes Católicos. Su liberación implicó dar a Castilla la parte del reino que gobernaba el Zagal, lo que favoreció la penetración castellana y la finalización de la guerra el 2 de enero de 1492 con la toma de Granada por los Reyes Católicos.
En 1492, los Reyes Católicos entraron en Granada como castigo por la negativa de este reino a pagar los tributos que le exigían. En la Capitulación de Granada se estableció que Boabdil ostentaría el señorío de las Alpujarras.
Según una extendida leyenda española, cuya veracidad no está atestiguada por ninguna documentación, al salir de Granada camino de su exilio en las Alpujarras, cuando coronaba un collado, volvió la cabeza para ver su ciudad por última vez y lloró, escuchando de su madre:
“NO LLORES COMO MUJER LO QUE NO SUPISTE DEFENDER COMO HOMBRE