Fernandín...

Fernandín
Estaba Fernandín encaramado en la copa de una higuera, muy atento a la carrefila de hormigas negras y dimiutas, que venían de la era, Desde ese punto estratégico, podía ver cientos de caminos negros que parecían estar en movimiento. Nunca supo ver donde estaba el final del camino, y eso que Fernandín, era todo un experto en estos temas hormiguiles. Junto a su higuera, una docena de agujeros se abrían de la tierra, la mayoría de ellos bien camuflados entre terrones y la paja. Hola y adiós, parecen decirse las hormigas cuando se cruzan, dándose una palmada con sus antenas. Me contó un día Fernandín, que las hormigas no tienen nombre, y que todas se llaman "tú", lo hacen para que no haya distinciones, ni que una sea más que otra, y otro motivo, es porque las hormigas, no tienen memoria y se olvidarían fácilmente quien sería Pepita y quien sería Josefa. Tampoco tienen espíritu de grandeza, ni saben lo que es la envidia, su única razón de ser, es el trabajo, con su trabajo aseguran la supervivencia de la próxima generación, y eso es lo único que les importa. Nadie puede ser más feliz que la hormiga, porque en ellas no existe el sufrimiento, sus vidas casi no cuentan para nadie “ vales menos que una hormiga", dice un dicho popular. A los primeros síntomas de que el sol empieza a palidecer, dentro del hormiguero, la hormiga vigía da la orden de que ya está prohibida la salida, y las puertas solo estarán abiertas hasta que la última hormiga llegue con su carga. Me contaba Fernandín... cuando las sombras dominan a las luces, la última hormiga deja caer su carga en el granero, y sacude las antenas en todas direcciones y
manteniéndose a la escucha durante medio segundo... se deja arrastrar por la rampa y clavando sus patas en el arenoso suelo, provoca un alud, que cierra las puertas del hormiguero hasta la siguiente mañana.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Que bonito escrito ALANGEÑO, (no escribo los guiones del nick, que me da pereza) muy observador el Fernandin
y muy trabajadoras las hormigas, yo pienso que si que conocen el sufrimiento, y tienen memoria, pasa que son inteligentes y retienen solamente los nombres de las otras hormigas que les interesa y con ellas discurre su vida, sin perder un solo minuto con las que no merecen la pena. Me lo contó una hormiga, una vez que me perdí en la arena y ella muy amablemente me devolvió al sendero adecuado.