NADIE SABE DONDE ESTA SU FINAL...

NADIE SABE DONDE ESTA SU FINAL
Aquel hombre lasecano, que en toda su vida había abandonado La Seca, ya que en su quinta salió excedente de cupo, y se salvó de ir al servicio militar obligatorio, su quinta era la del 1935. Aquel hombre pensaba que nunca iría a ningún cuartel, ni tendría que coger armas de guerra, Pero se equivocó, el año que tenía que estar en la mili, estaba en La Seca segando, y pronto le avisaron que tenía que alistarse al ejercito sublevado, en Valladolid, que en aquellos momentos era zona llamada nacional. Aquel hombre que nunca había cogido un arma, más a él y otros jóvenes les llevaron en un camión a la ciudad castellana, para jurar bandera y hacerles deprisa soldados luchadores, en aquella guerra incivil, que el no entendía, ya que nunca se había interesado por la política, ni pertenecido a ningún sindicato, era lo que entonces se llamaba un hombre sin responsabilidad, Más pronto fue llevado al frente de Madrid, donde intervino en ciertas batallas, y donde este hombre pensaba, de vez en cuando. Que hago aquí yo, defendiendo a no sé qué causa ni intereses, Hasta que, en un día de esos llamados negros, estando en las trincheras en la Batalla de Brunete, una bala de las que llaman perdidas, le alcanzo el hombro, pronto fue llevado por un camillero hasta un control de heridos llamado botiquín, donde se efectuaban las primeras curas, y después desde allí a los hospitales, que a veces eran casas de gentes de importancia en aquellos tiempos. Brunete era un puro y duro campo de batalla, en aquel momento eran las dos de la tarde, la carretera que iba en dirección a la zona sublevada, era machacada por la artillería republicana, y el conductor de una ambulancia que estaba preparando su salida, se negó a salir a dicha carretera, al ver el peligro inminente, Un capitán que estaba presente, con su pistola le amenazo diciéndole, Sale usted ahora mismo o le pego cuatro tiros, El conductor de la ambulancia repico, Saldré pero no volveré aquí vivo. Aquel conductor parecía tener razón, a kilómetro y medio del pueblo de Brunete, un proyectil de la artillería Republicana daba y explotaba en medio de la ambulancia, Fueron siete soldados muertos y el conductor también, todos destrozados, según quien los pudo ver y reconocer, un soldado amigo de este hombre de La Seca, viendo todo aquel trágico momento, les escribió a su familia comentándoles el suceso, dos meses más tarde, este amigo falleció en la guerra, camino de Madrid, Los dos hombres figuran en la lápida de dentro de la iglesia de La Seca, D, E, P. G X Cantalapiedra.