Buenos días Manuel, que interesante es todo lo que...

EL ESTANCO
Mi tía Antonia era la hermana mayor de mi madre y se casó con el tío Dionisio, que se fue a Sevilla de dependiente de una tienda muy importante de ultramarinos y una vez aprendido el oficio se volvió a Fuensanta para poner su propio negocio y contraer matrimonio.
Yo recuerdo aquella tienda, que era la más importante del pueblo, le llamaban el Estanco porque allí se vendía tabaco, sellos, pólizas y todo los impresos oficiales pero allí había de todo lo mismo encontrabas un buen queso, un chocolate, unas medias o un sombrero. O sea un pequeño Carrefour de los años 1950.
Tuvieron mis tíos cuatro hijos María, Demetrio, Venancio y Pili, de los cuales en la actualidad solo queda Pili, los otros tres murieron, María hace muchos años en un accidente de coche,
Venancio hace seis años de muerte natural en Cádiz donde vivía y Demetrio el año pasado.
Excepto Pili todos eran mayores que yo pero tanto mi hermana Carmela como yo visitábamos con mucha frecuencia su casa y su tienda, puesto estaba en el mismo local para estar con ellos.
Era una casa pequeña pero con muchas plantas y allí jugábamos y nos movíamos de arriba para abajo, subiendo y bajando escaleras desde el sótano, que tenía acceso al caz del río que pasaba por debajo, a la azotea pasando por la tienda, el comedor y la cocina, los dormitorios y las cámaras, A veces se incorporaba a nuestros juegos una chica que había de criada, muy joven, que se llamaba también Antonia.
Era una casa muy peculiar porque por todas partes había cajas, juguetes, barriles, bidones y toda clase de artículos de la tienda.
También la tienda servía un poco de tertulia porque a ella acudían con frecuencia amigos de tío Dionísio cazadores, pues él era muy aficionado o a la caza. Asiduos de la tertulia eran Manolo Roque, Manolo Guirao y José el guarda. Allí entre cliente y cliente se mataban muchos conejos y perdices pues ya sabéis que los cazadores suelen ser un poco mentirosíllos en sus comentarios de caza.
Yo recuerdo un olor especial a ese tipo de tiendas o establecimientos y otro el olor habitual de la cocina de la tìta Antonia que era una cocinera excelente al igual que su hermana, mi madre.
Era Dionisio un hombre con un carácter un poco díscolo, aparentemente, pero luego tenía un gran ternura interior y un gran corazón. Le gustaban muchísimo los niños y como él no llegó a conocer nietos suyos cuando nació mi sobrina Mary Carmen, hija de mi hermana Carmela, se volvió loco con ella. La visitaba todos los días, le hacía un montón de regalos y cuando llegaban los reyes los mejores juguetes eran para su resobrina. Murió joven, podía tener 60 años y es tan especial esta familia mía que mi prima Pili para asistirlo mejor se quedó en el hospital ofreciéndose como enfermera provisional hasta que su padre falleciera.
No tuvo suerte con sus hijos mi tío en el plano familiar porque ninguno le dio nietos en vida. María se casó mayor y no los tuvo, Venancio se casó después de morir él y tuvo dos hijas que él no llego a conocer y Demetrio y Pili permanecen solteros, pero a él le hubiera encantado poder abrazar a un nieto.
Ya dije antes que era muy seco y cortante a veces con los clientes un día viene uno que había estado fuera de emigrante buscando trabajo le pidió un paquete de Whiston y al darle la vuelta le sobraba una moneda. El cliente le dice: Dionisio quédese con la vuelta. Y el le responde: Muchacho quédate tú con ella que a lo mejor te hace más falta que a mi.
Otro día lleva un hombre del campo, vivía en un cortijo, buscando un chupete para su hijo. Saca Dionisio una caja con chupetes de varias clases y tamaños y el buen hombre empieza a chuparlos
esto, no, este tampoco, este es muy duro y al final dice este es estupendo. Entonces le dice deme este. Y Dionisio dice este, y este, y este, y todos los que te has metido en la boca. La verdad es que el del tabaco quiso presumir de algo que no tenía y el del chupete. la verdad es que no tenía la más mínima delicadeza ni urbanidad. A ambos les corrigió su defecto, quizá de una forma no muy ética, él era así, no lo podía remediar, aunque luego era una gran persona.

Buenos días Manuel, que interesante es todo lo que nos cuentas, la verdad es que me encanta leerle.

Saludos cordiales.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Gracias Triana UN CARIÑOSO SALUDO.