CARTAS LE FUERON VENIDAS DE SUS VIEJOS AMIGOS...

CARTAS LE FUERON VENIDAS DE SUS VIEJOS AMIGOS
Aquel hombre cargado de impresiones fatales intentaba enderezar su vida de jubilado, eran cartas de amigos de su infancia, que, al enterarse de su mala suerte, intentaban animarle para que no se hundiera en su valle de lágrimas, Al haber perdido a su esposa por esa fatal enfermedad del cáncer. Eran momentos muy difíciles, los años corrían en su contra, y las ganas de vivir parecían irse a pique, Aquel hombre castellano de la provincia de Soria, se veía muy perdido, Madrid le caía bastante grande, y sus amistades aunque no le abandonaron no era lo suficiente, El hombre intento vivir su soledad en su pequeña vivienda, más todo se le venía encima, eran días para el demasiado largos, intentaba comer fuera de su domicilio, trataba de ir al Centro de Mayores de su barrio, Todo le parecía extraño, la marcha de su esposa por la enfermedad, le había cogido desprevenido, fue demasiado rápido el viaje. De vez en cuando pensó tratar de conocer a otra señora, para unirse a ella, pero todo le parecía muy raro y difícil, No veía ninguna solución cercana, solo en su cama de matrimonio, alguna mañana se les saltaban las lágrimas, al verse un poco aturdido, Tan solo la radio y la televisión le hacían compañía, eran los testigos del tiempo que el pasaba encerrado en su casa, No teniendo aficiones raras su vida era de lo más normal, hasta que llegó a conocer a un vecino que estaba como él, sufriendo su viudedad, que le indico vente conmigo a clase de cultura general, en el CEPA, Allí conocerás a más personas en tu situación, y puedes estar entretenido y aprendiendo lo que de niño no pudiste aprender. El hombre aquel parece que encontró su salida a tan triste soledad, y en dicho colegio se empezó a relacionar con muchas más personas, como él. Pronto aprendió a saber lo que significaba esas letras del CEPA, Centro de Educación Para Adultos. Allí aquel hombre de nuevo empezó a sentirse mucho más joven. Y a pensar en otra clase de soledad que no fuera tan negra. Como lo que la vida le estaba ofreciendo. G X Cantalapiedra.