EN LA CIMA DE MADRID
Vienen corriendo los vientos
con sus fríos temerosos,
dicen que dan sufrimientos
sin ver los campos dichosos.
Mayo nos deja sus fríos
sin ver tardes complacientes,
y notas escalofríos
que arrastran algunas gentes.
Donde Madrid tiene cima
se nota más la corriente,
es dudoso tener clima
que lo admiran como ambiente.
Ráfagas de viento fuerte
corren por estas laderas,
en verano es una suerte
para alegrar las esperas.
Muchos humanos preguntan
si este frío es penitente,
más las gentes no se asustan
y lo ven como relente.
Estos días son fatales
cuando sueñas con calores,
algunos los ven normales
aunque rompan los amores.
Llegan los vientos con prisas
en las noches endiabladas,
mientras retiemblan cornisas
en las frías madrugadas.
Las urracas son vecinas
para dejarnos sus daños,
se meten en las cocinas
y algunas hasta en los baños.
Deben de buscar comida
y no les importa nada,
no atienden a la bebida
aunque venga en ensalada.
G X Cantalapiedra.
Vienen corriendo los vientos
con sus fríos temerosos,
dicen que dan sufrimientos
sin ver los campos dichosos.
Mayo nos deja sus fríos
sin ver tardes complacientes,
y notas escalofríos
que arrastran algunas gentes.
Donde Madrid tiene cima
se nota más la corriente,
es dudoso tener clima
que lo admiran como ambiente.
Ráfagas de viento fuerte
corren por estas laderas,
en verano es una suerte
para alegrar las esperas.
Muchos humanos preguntan
si este frío es penitente,
más las gentes no se asustan
y lo ven como relente.
Estos días son fatales
cuando sueñas con calores,
algunos los ven normales
aunque rompan los amores.
Llegan los vientos con prisas
en las noches endiabladas,
mientras retiemblan cornisas
en las frías madrugadas.
Las urracas son vecinas
para dejarnos sus daños,
se meten en las cocinas
y algunas hasta en los baños.
Deben de buscar comida
y no les importa nada,
no atienden a la bebida
aunque venga en ensalada.
G X Cantalapiedra.