LOS REBUZNOS ERAN DESPERTADORES...

LOS REBUZNOS ERAN DESPERTADORES
Cuentan las viejas leyendas de que existe un valle en la meseta castellana, sobre tierra vallisoletana, que es un pueblo no muy lejos del Río Duero, donde se amontonaban los asnos o sea los burros, de diferentes razas, aunque mayoritariamente de raza zamorana, cuentan que quizá pasaban de cuatrocientos burros, a principio del siglo XX, hubo un refrán disparatado que decía, “inmigrante marchado, burro aniquilado”. Incluso al tren que se escuchaba desde ese valle, se le llegó a llamar el traga burras, al ser el medio de locomoción que usaban sus emigrantes, para irse hasta Francia, y sus familiares si no podían vender dicho animal, en el mercado de los domingos de Medina del Campo, terminaban vendiéndole. Y eso que en muchos casos era el trasporte preferido por todos aquellos vecinos que tenían incluso que ir hasta la ciudad de Valladolid, o a diferentes lugares de la zona. Digamos que, en Medina del Campo en la principal Calle de Padilla, al lado de la gestoría Velasco, existió una posada, llamada Aurea, que dejaban allí descansar a el burro tranquilamente en sus cuadras, mientras hacías las gestiones o compras por esa ciudad castellana de mercado todos los domingos del año. Aquellos burros rebuznando que fueron despertadores durante muchos años, se fueron eliminando, su falta en algunos terrenos se les hecho de menos, como fueron los pastores que en ellos transportaban la leche de las ovejas hasta la quesería. Y a la metida del sol en el invierno, las entradas en aquel pueblo eran mágicas, las cargas de manojos de sarmientos eran una reata por todas las entradas y caminos de acceso a dicha población, Los burros llevaban en sus costillas toda la leña de sus cocinas y braseros. Dando un ambiente de trabajo bien hecho en los viñedos. Que hace casi diez siglos ya tenía cepas verdejas en sus campos de la parte del Duero, y que según las leyendas pudiera ser que durasen hasta tres siglos dichas cepas, produciendo unas uvas de tamaño pequeño pero muy dulces. Que aguantaban en los sobrados de las viviendas, hasta más del año nuevo.
G X Cantalapiedra.