De las ortigas mejor no hablar, que no me quedan muchas...

De las ortigas mejor no hablar, que no me quedan muchas ganas de recordarlas, como de los cardos borriqueros, aunque a estos por la noche sabías que eran, pero las ortigas hasta que no las tocabas no te dabas cuenta, pues con la luna, o a oscuras, no las distinguías y después duraban aquellos” verdugones” varios días,
Seguramente mi madre conocía La yerba cáustica, porque ella hacía jabón con el aceite usado y sosa caustica, pero yo me vine muy jovencita a Barcelona y no llegué a saber hacerlo, aunque si le ayudaba a veces a remover en el caldero.
Y si el jarancío se llama a las laderas de jaras, eso sí lo conozco,