La noche había sido muy larga, tan larga como una noche...

La noche había sido muy larga, tan larga como una noche sin dormir, de esas que he pasado tantas; es curioso, la cantidad de pensamientos que se llega a tener en una noche de estas, se podría decir que haces una radiografía de tu historia, una radiografía en la que se ve muy poco, todo un tanto confuso, donde se entremezclan los deseos con la realidad, el presente y el futuro, cosas de la mente, que ansiosa esperaba las primeras luces del día, para entrar en el juego de la ruleta de la fortuna. Un largo pasillo, solitario y frío me llevó hasta una sala con grandes focos en el techo, allí, como si fuese el testigo de un atleta, cambié de manos con la documentación entre yo, y la camilla. Recuerdo al menos a tres enfermeras, mientras una se hacía cargo de mi historial, otra me hablaba sin parar, haciéndome preguntas tontas, porque ella sabía, a la respuesta, me llenó el pecho de ventosas, sentí como una aguja se clavaba en mi brazo, a la vez que una mascarilla tapó mi rostro, haciéndome respirar algo, que debió de ser lo mas parecido a la gloria, porque a partir de entonces, una gran nube blanca era solo lo que veía mi mente, mientras las palabras de aquella mujer se iban alejando; Unas horas después, felizmente, como si volviera a la vida, volvía a oír aquellas bonitas palabras...