¿Acaso importa la edad que se tenga? No me cabe la...

¿Acaso importa la edad que se tenga? No me cabe la menor duda, de que casi todos o todos, estamos muy lejos del Botellón. Quien es quien, algunos de los que nos conocemos un poco mas, sabemos un poco mas de nosotros, si bien a veces pasamos de largo.
Como principio, por mi parte oculto muy pocas cosas. Y como muestra de sinceridad, cuando se creo el Servicio Social para la mujer. yo me diera ya cuenta de el país en que me tocaba vivir: tal vez por ese motivo, cuando tuve ocasión, atravesé los Pirineos y me acomodé sin ser mi intención en Europa 15 años... los mejores de mi vida. Regresé para recordar que venía, de un pueblo que se buscaría la vida a otros lugares, y en el que fuera criticado, por lanzarme muy temprano a un Madrid de cartillas de racionamiento, que gracias a algún talego de judías, cosechado en la Veja del Tajuña (lugar de mi nacimiento) se paliaba, la escasez de todo y se podía alternar con las alcachofas, con las que hacía milagros, mi tía con la que vivía. No es que sobraran las alubias. no sobraba nada, y ya ese encargaba La Fiscalía de tasas de requisar, aunque el que tenía guardaba.
No es preciso que os hable de la severidad del régimen, eso ya lo trato en otros lugares.
A trancas y barrancas en aquel Madrid de entonces, apredí, entre otras cosas que se mentía descaradamente. Que unos vivían como si nada hubiera pasado, y comían a carrillos llenos, mientras otros comíamos las alcachofas de Aranjuez.
Y bueno pues dependía si algún día me invitaba mi familia de Cuatro caminos: allí se daba otra clase de comida, unas ricas cocretas, queso de mi tierra manchega, una mesa lujosa... no se si los funcionarios del régimen (era el caso de mis primos ya mayores) tenían o no cartilla de racionamiento, si las otras dos tías, donde ya los creciditos trabajábamos todos, pero que no había manera de poner una mesa como dios manda (asi se decía entonces, y se receba mas que ahora. pero la mesa no se colmaba por eso). Y así fuimos caminando hacia lo que sabéis, donde a lo que parece nadie estamos contentos.
Pues miren ustedes, yo si estoy mucho mas contento que entonces, aunque solo sea porque estaba prohibido quejarse.
Y hasta aquí he llegado, y tal vez confesado un poco mas que vosotros, de donde estoy y quien soy.
Seve: un abrazo a la tierruca.
Para el resto saludos.