HISTORIA DE MIGAS Y PASTORES...

HISTORIA DE MIGAS Y PASTORES

Veréis amigos, creo que ya dije en alguna otra ocasión que mi abuelo materno era pastor, pues bien, esta es una de las anécdotas que mi madre nos contaba sobre las migas y los pastores; ¡Así nos la contó mi madre!

Cuando ella era mocita, su padre le pidió que cuando fuera a llevarle la comida a los corrales, llevara para hacer una Caldereta de migas, porque quería “convidar” a un par de pastores amigos suyos.

Mi abuela le dijo a mi madre; mira como sois cuatro para comer, llevas cuatro trozos de chorizo, uno para cada uno, y un trozo de tocino veteado, repártelo bien para que todos puedan comer su parte, pero mira de ponerle bastantes pimientos para que se vea más llena. Mi madre así lo hizo, le puso muchos pimientos para que se viera más completa. Como todos comían de la misma cazuela, mi madre procuró repartir bien los trozos de chorizo y tocino, para que cada uno lo tuviese a su alcance.

Cuando estaban a punto de empezar a comer, “por casualidad” llegó otro pastor conocido (Demasiado conocido) pues era un hombre que olía la comida a dos leguas de distancia, y siempre llegaba a punto.

Por educación, le dijeron si quería sentarse a comer con ellos: ¡No esperó que se lo dijeran dos veces! Empezaron a comer, y este señor empezó a coger los trozos de chorizo; entonces mi madre temiendo que de seguir así ninguno de los otros los iban a probar, le dijo: Tío Pedro, coja usted también pimientos que están muy buenos, y este le contestó, Noooo si a mí me gustan las tajás. Y de esta manera más de uno se quedó sin comer chorizo, una de ellos mi madre por supuesto.

Espero que no os haya aburrido con la historia.