ESTOS FRÍOS DE ABRIL MADRUGADORES
Estos fríos de abril no dan sudores,
si retumban cornetas y tambores.
madrugadas que miras con temores
entre brisas de vientos heladores.
Madrugadas que siembran los lamentos
de viñedos y almendros florecidos,
vientos fríos que arrastran sufrimientos,
dejando muchos campos hoy perdidos.
Corriendo van por valles y veredas
intentando romper la primavera.
cuando llegan quisieran poner vedas,
sin pensar que la vida es larga espera.
Estos fríos que arrasan lindas flores
son hechizos que nunca dan calores.
su semblante escondido entre rencores
lanza al viento que nunca tuvo amores.
Llegan fríos sin conocer candores,
dando la ruina a muchos labradores,
estos fríos de abril madrugadores,
son temidos por lobos y pastores.
Hay fríos que jamás son naturales,
con sus hielos parecen infernales,
mientras se trazan caminos ideales,
estos fríos de abril no son normales.
Y los hielos se vuelven tenebrosos
marcando sus delirios de torpeza,
con sus fríos les vemos rencorosos,
entre pasos que no tienen nobleza.
Madrugando por ser tan maldecidos,
corriendo por barrancos y cañadas,
en sus horas de daños desmedidos
evocan al demonio en sus andadas.
Son fríos que cautivan el calvario,
con pasiones y nombres de esperanza,
son castigos que se sufren a diario
en un clima que no tiene templanza.
G X Cantalapiedra.
Estos fríos de abril no dan sudores,
si retumban cornetas y tambores.
madrugadas que miras con temores
entre brisas de vientos heladores.
Madrugadas que siembran los lamentos
de viñedos y almendros florecidos,
vientos fríos que arrastran sufrimientos,
dejando muchos campos hoy perdidos.
Corriendo van por valles y veredas
intentando romper la primavera.
cuando llegan quisieran poner vedas,
sin pensar que la vida es larga espera.
Estos fríos que arrasan lindas flores
son hechizos que nunca dan calores.
su semblante escondido entre rencores
lanza al viento que nunca tuvo amores.
Llegan fríos sin conocer candores,
dando la ruina a muchos labradores,
estos fríos de abril madrugadores,
son temidos por lobos y pastores.
Hay fríos que jamás son naturales,
con sus hielos parecen infernales,
mientras se trazan caminos ideales,
estos fríos de abril no son normales.
Y los hielos se vuelven tenebrosos
marcando sus delirios de torpeza,
con sus fríos les vemos rencorosos,
entre pasos que no tienen nobleza.
Madrugando por ser tan maldecidos,
corriendo por barrancos y cañadas,
en sus horas de daños desmedidos
evocan al demonio en sus andadas.
Son fríos que cautivan el calvario,
con pasiones y nombres de esperanza,
son castigos que se sufren a diario
en un clima que no tiene templanza.
G X Cantalapiedra.