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OPINIÓN · PENSAMIENTO CRÍTICO

Lo que se está ocultando en el debate sobre la pandemia

VICENÇ NAVARRO

  

24/03/2020

Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas

Hace unos días hubo una reunión telemática de varios expertos, miembros de la International Association of Health Policy, procedentes de varios países y continentes para analizar la respuesta de los países en diferentes continentes a la pandemia actual de coronavirus. Eran profesionales procedentes de varias disciplinas, desde epidemiólogos y otros expertos en salud pública a economistas, politólogos y profesionales de otras ciencias sociales. La reunión, organizada por la revista International Journal of Health Services, tenía como propósito compartir información y conocimientos con un objetivo común: ayudar a las organizaciones internacionales y nacionales a resolver la enorme crisis social creada por la pandemia. De la reunión se extrajeron varias conclusiones que detallo a continuación.

La expansión de la pandemia era predecible y así se había alertado

En primer lugar, se repasaron varios estudios realizados durante los últimos años (el último en 2018) que habían predicho que tal pandemia ocurriría, habiéndose alertado que el mundo no estaba preparado para ello a no ser que se tomaran medidas urgentes para paliar sus efectos negativos. Tales alertas no solo no se atendieron e ignoraron, sino que muchos Estados a los dos lados del Atlántico Norte aplicaron políticas públicas que han deteriorado la infraestructura de servicios (a base de recortes de gasto público y privatizaciones), así como otras políticas públicas desreguladoras de mercados laborales que han disminuido la protección social de amplios sectores de la población, afectando primordialmente a las clases populares de tales países. La evidencia científica, ampliamente publicada en revistas académicas, ha puesto de manifiesto el enorme impacto negativo que tales políticas han tenido en la disponibilidad y calidad de los servicios sanitarios y sociales (con notables reducciones del número de camas hospitalarias y del número de médicos -por ejemplo, en Italia y España desde 2008-). Otros estudios han mostrado también el impacto de las reformas laborales neoliberales, que han deteriorado la calidad de vida de amplios sectores de las clases populares en estos y en muchos otros países  (siendo el caso más conocido la reducción de la esperanza de vida entre amplios sectores de la clase trabajadora de EEUU, resultado del incremento de las enfermedades conocidas como "diseases of despair", enfermedades de la desesperación, tales como suicidios, alcoholismo, drogadicción y violencia interpersonal). Estas políticas (consistentes, como ya he indiciado, en recortes del gasto público social y reformas del mercado de trabajo que incrementaron la precariedad) fueron ampliamente aplicadas en muchos países y estimuladas por organismos internacionales (el FMI, el Banco Mundial, el Banco Central Europeo, entre otros), dejando sin protección a amplios sectores de la población y debilitando el sistema de protección social, pieza clave en la respuesta a la pandemia en tales países. Los enormes déficits de camas, de médicos y enfermeras, de mascarillas, de ventiladores y un largo etcétera se han hecho patentes en cada uno de estos países, donde la austeridad tuvo mayor impacto (de nuevo, como en Italia y en España, y ahora EEUU). Y déficits similares aparecen en los servicios sociales de atención a las personas mayores y a las personas dependientes, especialmente agudos en estos momentos de la pandemia.

Se sabían, y se continúan sabiendo, las causas de la pandemia y cómo responder a ella. Y se sabía y se sabe que hay en el mundo los recursos para controlarla y vencerla

La segunda observación que hicieron los expertos es que la causa de la pandemia era predecible, así como el modo de responder a ella. Y lo que también se sabía y se sabe es que hay recursos para contenerla y resolverla. Había un amplio acuerdo en que el mayor problema que existiría no sería la falta de recursos, sino las enormes desigualdades en la disponibilidad de estos recursos. No sería, pues, un problema económico, sino político. No había (y no ha habido) voluntad política para anular las condiciones que han causado la pandemia. Como ocurre con otro gran problema social existente también a nivel mundial –el cambio climático–, las causas son conocidas y los recursos para resolverlo existen, pero lo que no existe es la voluntad política de los Estados y de las agencias internacionales que los Estados hegemónicos dominan para eliminar las causas de tales crisis, lo cual lleva a la discusión de quiénes controlan dichos Estados y dichas agencias y organismos internacionales. El tema político es, por lo tanto, clave. Hay que preguntarse:  ¿qué fuerzas económicas y financieras dominan los Estados? Y lo que hemos estado viendo es que las políticas económicas y sociales promovidas por la gran mayoría de tales Estados han sido aquellas políticas que representaban los intereses minoritarios de grupos económicos y financieros que antepusieron sus beneficios particulares al bien común. La evidencia empírica que apoya esta tesis es

Y un punto central de esta ideología neoliberal ha sido disminuir las intervenciones del Estado que favorezcan el bien común, hecho responsable del enorme descenso de la calidad de vida y bienestar de las poblaciones, contribuyendo con ello a crear la enorme crisis climática, por un lado, y a la pandemia, por el otro. De ahí la necesidad que han tenido las fuerzas políticas que secundan dicha ideología de negar e incluso ocultar la existencia de esas crisis. La administración Trump y sus aliados a nivel internacional son la versión más extrema de esta sensibilidad política (bastante extendida entre las derechas españolas, incluyendo las catalanas, sean estas secesionistas o no). A los dos lados del Atlántico Norte ha habido una gran derechización de la cultura e instituciones políticas, causa y consecuencia a la vez de la enorme desigualdad y del deterioro de las instituciones democráticas, lo que explica que nuestros países estén hoy en una situación muy vulnerable frente a la pandemia. Repito que Italia y España, en Europa, y EEUU en América del Norte, están en una situación que les ha hecho muy vulnerables a la propagación de la enfermedad el Covid-19 (ver mi artículo "Las consecuencias del neoliberalismo en la pandemia actual", Público, 17.03.20). De nuevo, hay una relación directa en esta parte del mundo entre desigualdad, calidad democrática, protección social y crisis sociales. En aquellos países del capitalismo desarrollado donde hay mayores desigualdades de clase, hay menor protección social (y mayores desigualdades de género), así como una menor atención a los problemas medioambientales y, ahora, una mayor dimensión de los efectos negativos de la pandemia.

El bien común sobre el beneficio privado: la importancia del Estado

Ni que decir tiene que la pandemia es un fenómeno mundial que requiere una respuesta también mundial. Otra observación de los expertos fue que se requería una colaboración entre los Estados, de manera que estos compartieran recursos y conocimientos para, en base a un proyecto común, desarrollar organismos internacionales que prioricen el bienestar de las poblaciones sobre cualquier otro objetivo. Continuar utilizando instituciones internacionales que priorizan exclusivamente intereses específicos, financieros o comerciales es desaconsejable, pues han jugado un papel clave en la configuración de la situación actual. Hay que desarrollar organizaciones alternativas o realizar cambios profundos en las actuales. Ahora bien, los expertos subrayaron que la importancia de la internacionalización de la respuesta no significaba debilitar el rol de los Estados en la resolución del problema creado por la pandemia. El grupo de expertos fue muy crítico con una percepción muy generalizada hoy en centros académicos y mediáticos influyentes de que los Estados están perdiendo poder y no pueden atender a problemas como las pandemias, actitud también presente en círculos progresistas tal y como muestran autores como Negri y compañía, que gozan de tener grandes cajas de resonancia en los medios.

Un artículo muy bueno Mari.
Seguro que te han puesto negativo sin leerlo. Este foro carece de ninguna lógica, pero mira como acuden ahora al papá Estado (Madrid) a la vez que protestan porque no les dejan acaparar para ellos.
Saludos

Clara, buenos días

Nunca es tarde si la dicha es buena.
Buenas tardes Ángel.

Nos gusta vuestra amistad:
Clara y Àngel / Àngel y Clara,

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