HABLANDO CON JIMÉNEZ DEL OSO
Aquella noche del mes de marzo, de hace quizá más de veinticinco años, en mi coche llevando de viajero a Jiménez del Oso, desde la calle de Doctor Esquerdo, hasta su chalet de la zona de Arturo Soria, Calle Estrecho de Mesina. Tuvimos una intensa conversación, en la cual cada uno de los dos expusimos, como podría terminar la vida en nuestro planeta, cada cual expusimos nuestra idea, yo le recordé que entonces Estados Unidos y Rusia, estaban siempre amenazando con su poderío atómico y nuclear. El presidente de Estados Unidos de América, era entonces Ronald Reagan, actor de cine de segunda fila, y muy predispuesto a hacer saltar por los aires todo el planeta tierra, y por otro lado los rusos, con un armamento que podía ser capaz de destruir la tierra varias veces, en aquella exposición, los dos estábamos de acuerdo. Una vez que escuchó mi forma de pensar de entonces, me comento. La vida en nuestro planeta pudiera ser eliminada, por virus o radiactividad, quizá producida en laboratorios, sin necesidad de meter ruido, digamos con si fuera una peste de las que se llevaban las personas de esta vida sin meter ruido. Aunque las pestes de antiguamente, eran la mayoría por falta de higiene, Los dos estuvimos de acuerdo sobre lo que pensábamos ambos, luego en la puerta de su vivienda, comentamos como podría ser, que nuestro planeta fuera invadido por extraterrestres, el me comentó.” Tendrían que ser unos seres con cerebro, manos pinzas y saber trabajar en comunidad, para poder construir herramientas, y con ellas a la vez fabricar algún objeto volador, que fuera muy rápido, para poder salir de su planeta y llegar a otros como la tierra”, y me comentó después, en la tierra si no hubiera hombres nadie podría salir de aquí, los caballos, perros, gallinas, camellos, incluso monos, pasarían siglos viviendo y corriendo por la tierra, pero jamás serán capaces de hacer un aparato volador, que pueda salir de este planeta y llegar a otro. Después de dos años de nuevo me vi con él, y cual sería mi sorpresa, que me comento nada más subir al coche, me dijo. Eres la persona que hablamos del fin de la vida en este planeta, me acuerdo de todo lo que pensamos y comentamos, muchas veces lo he seguido pensando, fue su mejor alusión, sobre aquella noche que aún conservo en mi mente. Estos días que estamos pasando encerrados en casa, lo he pensado, se me vino a la memoria su forma de pensar y acertar. Anoche eche en falta, el programa de Cuarto Milenio, que conduce Iker Jiménez, que hace quizá un mes, ya predijeron lo que podía pasar en algún laboratorio militar, como ganar guerras sin disparar un solo tiro, ayer no pudimos ver nada, que nos pusiera la mente a trabajar,. Hay temas que no se pueden tocar delante del público, se ve que muchos misterios solo se pueden tratar de comprender, en el comedor de nuestra casa, con tu familia intima, y sin que lo escuche el vecino, para no tener demasiados problemas, la vida seguirá siendo un misterio sin poder aclarar, nacemos y morimos, como si fuera un milagro que La Madre Naturaleza nos hace cada momento. MI ADMIRACIÓN, PARA ESTOS HOMBRES QUE QUIEREN EXPLICAR, COSAS QUE MUCHA OTRA GENTE QUIERE CALLAR, ESO SIEMPRE SE LLAMÓ “CENSURA”.
G X Cantalapiedra, 30 - 3 – 2020.
Aquella noche del mes de marzo, de hace quizá más de veinticinco años, en mi coche llevando de viajero a Jiménez del Oso, desde la calle de Doctor Esquerdo, hasta su chalet de la zona de Arturo Soria, Calle Estrecho de Mesina. Tuvimos una intensa conversación, en la cual cada uno de los dos expusimos, como podría terminar la vida en nuestro planeta, cada cual expusimos nuestra idea, yo le recordé que entonces Estados Unidos y Rusia, estaban siempre amenazando con su poderío atómico y nuclear. El presidente de Estados Unidos de América, era entonces Ronald Reagan, actor de cine de segunda fila, y muy predispuesto a hacer saltar por los aires todo el planeta tierra, y por otro lado los rusos, con un armamento que podía ser capaz de destruir la tierra varias veces, en aquella exposición, los dos estábamos de acuerdo. Una vez que escuchó mi forma de pensar de entonces, me comento. La vida en nuestro planeta pudiera ser eliminada, por virus o radiactividad, quizá producida en laboratorios, sin necesidad de meter ruido, digamos con si fuera una peste de las que se llevaban las personas de esta vida sin meter ruido. Aunque las pestes de antiguamente, eran la mayoría por falta de higiene, Los dos estuvimos de acuerdo sobre lo que pensábamos ambos, luego en la puerta de su vivienda, comentamos como podría ser, que nuestro planeta fuera invadido por extraterrestres, el me comentó.” Tendrían que ser unos seres con cerebro, manos pinzas y saber trabajar en comunidad, para poder construir herramientas, y con ellas a la vez fabricar algún objeto volador, que fuera muy rápido, para poder salir de su planeta y llegar a otros como la tierra”, y me comentó después, en la tierra si no hubiera hombres nadie podría salir de aquí, los caballos, perros, gallinas, camellos, incluso monos, pasarían siglos viviendo y corriendo por la tierra, pero jamás serán capaces de hacer un aparato volador, que pueda salir de este planeta y llegar a otro. Después de dos años de nuevo me vi con él, y cual sería mi sorpresa, que me comento nada más subir al coche, me dijo. Eres la persona que hablamos del fin de la vida en este planeta, me acuerdo de todo lo que pensamos y comentamos, muchas veces lo he seguido pensando, fue su mejor alusión, sobre aquella noche que aún conservo en mi mente. Estos días que estamos pasando encerrados en casa, lo he pensado, se me vino a la memoria su forma de pensar y acertar. Anoche eche en falta, el programa de Cuarto Milenio, que conduce Iker Jiménez, que hace quizá un mes, ya predijeron lo que podía pasar en algún laboratorio militar, como ganar guerras sin disparar un solo tiro, ayer no pudimos ver nada, que nos pusiera la mente a trabajar,. Hay temas que no se pueden tocar delante del público, se ve que muchos misterios solo se pueden tratar de comprender, en el comedor de nuestra casa, con tu familia intima, y sin que lo escuche el vecino, para no tener demasiados problemas, la vida seguirá siendo un misterio sin poder aclarar, nacemos y morimos, como si fuera un milagro que La Madre Naturaleza nos hace cada momento. MI ADMIRACIÓN, PARA ESTOS HOMBRES QUE QUIEREN EXPLICAR, COSAS QUE MUCHA OTRA GENTE QUIERE CALLAR, ESO SIEMPRE SE LLAMÓ “CENSURA”.
G X Cantalapiedra, 30 - 3 – 2020.