Javier G. Ferrari....

Javier G. Ferrari.

iro a Sánchez nervioso, crispado como el propio CIS, el mismísimo vasallo Tezanos, nos vende en su última entrega. Tiene su gracia que ante la política del disparate que practica a diario este gobierno, la única defensa de Pedrito Corchea, la marioneta de los independentistas que apenas crispan la política española si nos atenemos a las conclusiones de la demoscopia gubernamental, es decir moldeada al gusto gubernamental, es llamar en sede parlamentaria mangantes a Rajoy y todos los suyos.

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"Mangantes" en el PSOE
Hombre, don Pedro. Mangar, lo que se dice mangar, es lo que durante décadas hicieron sus conmilitones en Andalucía. El fraudulento uso de los ERE con un montante que supera los setecientos millones de euros, buena parte de ellos sustraídos de los bolsillos de los parados, sí que es la madre de todas las mangancias.

Y si vamos un poco más atrás el uso de los fondos reservados, entre otras cosas, para crear los GAL y repartir bajo secreto dinero negro como el carbón, entre amigos y propagandistas. A estos ahora se les riega con fondos presupuestarios.

El número de empleos públicos de Sánchez ya ha triplicado a los del mangante don Mariano. Que la corrupción ha sido, y sigue siendo, una enfermedad endémica de nuestra democracia es un hecho incontestable, pero Sánchez no tiene autoridad moral para seguir tirando piedras, no vaya a ser que alguna se desvíe y termine por partirle la crisma.