Sucedió HOY
El saúco del patio del colegio está en plena floración.
Desde el verde intenso pasando por el amarillo y el blanco, podemos disfrutar de su esférica figura. Un tronco de dos metros de altura, con un grosor de treinta cm. de diámetro.
Es un árbol precioso, perfecto, sus ramas se extienden sobre la cubierta de la guardería.
Teniendo en cuenta que los habitantes se necesitan, a veces, entre sí para su defensa, y en otras ocasiones, son enemigos a muerte.
Por ello en el Saúco no anida ningúna de las aves del patio del colegio.
Hoy volvía a vivir, como la urraca madre, exponia su cuerpo para llevarse al gatito tras de ella, alejandole de los polluelos que se habían posado en el saúco.
El gato siguió buscando su desayuno, desde el suelo con un solo salto y sus garras agarradas al tronco, alcanza las primeras ramas; pollos de urraca, mirlo y gorriones salen en desbandada buscando cobijo en los pino-abetos.
El gatito ya está en el tejado; recorre la cubierta, se acerca al los chopos, dos palomas levantan el vuelo, el gatito salta sobre los pichones y cae al suelo, en la boca lleva su desayuno, se esconde entre el aligustre. La vida sigue.
El saúco del patio del colegio está en plena floración.
Desde el verde intenso pasando por el amarillo y el blanco, podemos disfrutar de su esférica figura. Un tronco de dos metros de altura, con un grosor de treinta cm. de diámetro.
Es un árbol precioso, perfecto, sus ramas se extienden sobre la cubierta de la guardería.
Teniendo en cuenta que los habitantes se necesitan, a veces, entre sí para su defensa, y en otras ocasiones, son enemigos a muerte.
Por ello en el Saúco no anida ningúna de las aves del patio del colegio.
Hoy volvía a vivir, como la urraca madre, exponia su cuerpo para llevarse al gatito tras de ella, alejandole de los polluelos que se habían posado en el saúco.
El gato siguió buscando su desayuno, desde el suelo con un solo salto y sus garras agarradas al tronco, alcanza las primeras ramas; pollos de urraca, mirlo y gorriones salen en desbandada buscando cobijo en los pino-abetos.
El gatito ya está en el tejado; recorre la cubierta, se acerca al los chopos, dos palomas levantan el vuelo, el gatito salta sobre los pichones y cae al suelo, en la boca lleva su desayuno, se esconde entre el aligustre. La vida sigue.