SIGO CON LOS ESCRITOS DE ÁNGEL....

SIGO CON LOS ESCRITOS DE ÁNGEL.

12.7.14 en CM - Como no tengo nada que hacer sigo mi relato. Si alguna vez ven cosas raras por mi edad, no lo tengan en cuenta, mi actividad como pescador puede ser que cuente lo que me sucedió teniendo 10 años como teniendo 16. Es todo un seguimiento. El río Esla, antes de la construcción del embalse de Riaño, sufría sequías muy prolongadas en verano, tanto es así que solíamos decir que el "rio se secaba" si no llovía y, allá por el mes de setiembre, llegaban las primeras lluvias, hacia la mitad del mes, con lo cual el río repuntaba.

En mi modesta observación -repito, cuando no picaban los peces-, me entretenía estudiarlos sin caña, y así saqué serias conclusiones que me ayudaban a pescar tanto con la caña como a mano. Por ejemplo, el barbo es un pez que tiene buen oído, pero es muy miedoso y yo me atrevería a decir que es algo" miope", sí, sí, no se ría usted, es cierto, lo comprobé muchas veces. Verá usted, cuando las aguas del río bajaban con poco caudal y no picaban en la caña, veía cierto número de barbos en el agua nadando mansamente, de repente golpeaba con el pie encima de la pradera haciendo ruido, los barbos huían despavoridos y se escondían en las cuevas o peñas, muchos de ellos, muchos, se quedaban parados entre piedras del río con poca agua, entonces iba y, los cogía con la mano. ¡Ah!, otra técnica: COGER LOS PECES CON LA MANO. HE DE DECIR QUE SOLO SE PARABAN LOS BARBOS, los demás peces seguían nadando, excepto la trucha que ya estaba parada, pero cuando te veía, se marchaba. No así los barbos. Aprendí a pescar a mano, es difícil para el que no sabe. Cuando veía barbos parados, iba como un descosido a cogerlos, rápidamente, craso error, no era así. Había que cogerlos con gran suavidad... y se dejaban coger siempre y cuando que no los apretara usted entre sus manos, entonces resbalaban y se marchaban. Con cierto mimo y con gran suavidad agarrabas todos los que estaban parados, y si alguno intentaba huir, hacías ruido con los pies moviendo las piedras pequeñas dentro del agua y se volvían a parar, por supuesto, esto era cuando en las raseras había poca agua, ya que salían de los pozos a comer gusarapas y otros alimentos de ellos que estaban debajo de las piedras. ¡Cuántos pesqué! Yo creo que más que con la caña. Claro está, aprendí a "convivir" con ellos y sabía todas su maniobras. Pero la astucia e inteligencia estaban por encima de ellos y claro, pillaba muchos porque aprendí todos sus movimientos. Continuará.

13.7.14 CM - Voy a proseguir con los barbos. Tengo tema para todos los peces nombrados por mí
Había quedado en que los barbos son peces que tienen mucho miedo al ruido. Cuando el río traía poca agua, me acercaba a la rasera, cruzaba el río y los barbos al escuchar el movimiento que hacían las piedras dentro del agua, quedaban completamente parados entre dos o más piedras, luego, despacio, iba cogiendo uno a uno todos los que había, alguno se escapaba, pero muy pocos, e incluso, metía de nuevo ruido con los pies dentro del agua y volvían a pararse, de tal forma que con cuatro o cinco pasadas en distintos sitios del río, casi que llenaba la cesta de barbos. Pero la pesca más emocionante de los barbos la contaré ahora. Cuando no había mucha agua porque no llovía, el río mermaba mucho. Pues bien, por la noche, portábamos un farol o una linterna, íbamos a las raseras, unos compañeros se situaban en la parte baja, y los otros en la parte alta (éramos tres o cuatro amigos) los de la parte alta bajaban hasta encontrarse con los que esperaban abajo, pero tirando piedras al río que metieran mucho ruido, tanto los de arriba como los de la parte baja. Cuando nos juntábamos todos, empezaba la pesca. Con la linterna íbamos alumbrando una orilla del río y después la otra. Los barbos que había en el río, venían a quedarse quietos en la misma orilla del río, con habilidad ya descrita cogíamos uno por uno. Había barbos de todos los tamaños y peso. Una vez cogimos uno de tres kilos. Si se daba bien la noche, cogíamos unos 15 kilos. A un amigo le jugué el café diciendo que sacaba del río un barbo con dos dedos de la mano, así lo hice, el pez ni se movió, y lo tuve un buen rato fuera del agua cogido con dos dedos.
Recuerde, para pescar a mano hay que ir con cierta cautela sin molestar al pez. Bueno, pues esta pesca se conoce con el nombre: PESCAR A FAROL.

Cuando hay luna llena las capturas son pocas. La noche tiene que ser cerrada. Aunque dije que "son algo miopes" la luz de la luna les hace ver y escapan.

Sin duda es la pesca más emocionante que existe, Ver a los barbos, a veces con medio cuerpo fuera del agua por el miedo que tienen y no saben donde esconderse.. POR SUPUESTO, ESTA CLASE DE PESCA ESTÁ PROHIBIDA. Se prohíbe pescar a mano. Continuará.
14.7.14 CM Voy terminando con los barbos. Me resta decir alguna cosa más. Los barbos tienen muchas espinas. Su carne no es sabrosa. Tienen cuatro "barbas" en su morro, de ahí seguramente le viene el nombre de BARBO.

Pescando a caña es emocionante su pesca. He de manifestar que la picada de una trucha y de un barbo se diferencian mucho y al momento sabemos si mordió el anzuelo una trucha o un barbo. El barbo cuando agarra el anzuelo, te tensa la tanza y vibra (silba) como si fuera la cuerda de una guitarra, el primer golpe no sabes por donde anda ya que va zigzagueando de una parte para otra hasta que dominas sus maniobras. A veces te rompen la tanza porque tiran como demonios, pero si aguantas tres o cuatro quites que te da, tienes el barbo dominado y poco a poco lo sacas del agua. los barbos pequeños también te meten un meneo de órdago a la grande. Tiran mucho más que la trucha.

Ni que decir tiene que también hay ciertas formas ILÍCITAS de pescar. Gente sin escrúpulos usan: lejía, morga, carburos, cal viva... que matan tanto a grandes como a pequeños.

Otra forma de pescarlos es: A TRUENO.

Me parece que a grandes rasgos he manifestado todo lo referente a la pesca del barbo, me queda la trucha. También los otros peces. Continuará.
Se me olvidaba decir que también está prohibido pescar con: Redes, garrafas, trasmallos y cuerdas. A no ser que te lo permitan en algunos ríos para proteger la trucha, es decir, puedes pescar con estas armadijas siempre y cuando si caen truchas sean arrojadas al agua otra vez.