Dña. Antonia. No, no era un priviligiado. Por aquellos...

Señor Ángel; ESCRIBE LO SIGUIENTE

"" Esos datos que refleja es posible que fueran para los funcionarios de carrera. Los que no teníamos nada que ver como funcionarios, ganábamos más y además asegurado.""

Seño Ángel,- nada de Don, para que no se moleste- lo copiaddo del Decreto y que puede releer, demuestra que no se trata de "funcionarios de carrera". Es un decreto ordenando los salarios a percibir por todo el pueblo, desde el ingeniero hasta el último aprendiz!

Saludos

Dña. ANTONIA: NO ESTOY DE ACUERDO. Lo siento, las cosas en el papel práctico no fueron ni son así. Insisto, yo ganaba lo que he citado. Ese decreto en la realidad fallaba. Un saludo.

No le discuto su afirmacion de que ganaba 16.000 pesetas en 1960, pero.... considero que era un privilegiado, y por algo seria!.

Saludos

Dña. Antonia. No, no era un priviligiado. Por aquellos años había más oferta que demanda. Usted sin arte ni oficio, iba a la plaza Urquinaona de Barcelona y allí siempre era contratado para trabajar, generalmente de "paleta", como ellos dicen, es decir; de albañil. Pero había muchos otros trabajos. Los domingos compraba usted La Vanguardia y se perdía viendo ofertas de trabajo. ¡Y qué curiosidad!, elegía usted el que quería, así de sencillo, claro está, que si había título por medio, era mejor pagado. No tuve dificultad para entrar a trabajar a los pocos días de llegar a Barcelona, tanto es así, que al día siguiente comencé un trabajo -que no me iba, pero...-, entré en una granja de pollos,´mi misión era quitar el resto de plumas al pollo muerto que pasaba en cadena, no era mi oficio y lo dejé y a los cinco día ya recibí varias cartas solicitando mi trabajo. Recorrí varios sitios de Cataluña, siempre mejorando mi salario. Así fue y así se lo cuento. Sobraba trabajo y bien pagado. En Cataluña era costumbre cobrar por semanas, al menos en la construcción. Yo cobraba al mes vencido. Un saludo.