Tampoco hay que alegrarse de la muerte de nadie. ...

ya era hora que muriera.. aunque tenia que haberse muerto mucho antes es la herencia franquista que habia. no lo echaremos de menos..

Tampoco hay que alegrarse de la muerte de nadie.
Y hay que reconocer la capacidad de adaptacion que tuvo y sus grandes dotes oratorias, que para hoy quisieramos en el parlamento.
Un saludo