No se que clase de trabajadores habéis sido. Me huele que vuestra vida laboral transcurrió en empresas de pepe el puta, que utilizaban el paternalismo que el propio régimen propiciaba. Y vosotros erais un tanto pelotas, y cobardes, incapaces de plantear al empresario una negociación colectiva. A lo mas que llegabais era a mendigar al empresario una subida salarial un tanto personal, y al margen del resto de compañeros. Con lo cual como erais buenos, es decir sumisos, el empresario acedia a una discreta subida. Con ello el empresario conseguía dos objetivos. Tener de su perte al pelota de turno, y hacer que los demás trabajadores se quedaran sin argumentos para pedir nada. Divide y vencerás. QUE VIVA EL JEFE. No me extraña que voteis franquismo. Con jentes como vosotros no habríamos salido del feudalismo.
Le estaban dando y decía. Perdone patrón que le de la espalda.
Le estaban dando y decía. Perdone patrón que le de la espalda.
Cuanto molesta el mimo trato
A Pascualin cuando el lobo de verdad vino los campesinos no le creyeron
A Pascualin cuando el lobo de verdad vino los campesinos no le creyeron
Olimpio este Pascualin u otro pastor era un cachondo se reía de todos gritaba ¡que viene el lobo!........
y siempre era mentira, el dia que grito ¡que viene el lobo! y fue verdad no lo creyeron y mataron
las ovejas y cabras.
Eso puede que nos pase a muchos con los lobos de dos patas, o los que vienen con piel de cordero disfrazados.
Decía mi abuela manolico "NO TE FIES NI DE TU SOMBRA".
manuel
y siempre era mentira, el dia que grito ¡que viene el lobo! y fue verdad no lo creyeron y mataron
las ovejas y cabras.
Eso puede que nos pase a muchos con los lobos de dos patas, o los que vienen con piel de cordero disfrazados.
Decía mi abuela manolico "NO TE FIES NI DE TU SOMBRA".
manuel
Manuel. Siempre se dijo: NO TE FIES NI DE TU PADRE. Te cuento algo que no es real, pero saca conclusiones. Un padre estaba jugando con su hijo. El hijo subía a la mesa de comer y el padre le decía: tírate que yo te cojo, el niños pequeño así lo hacía una y varias veces. En una de estas el niño se tiro desde la mesa, pero su padre no lo cogió y el pobre chaval se dio un tortazo. El pequeño miraba a su padre y pensaba, ¿cómo es posible que mi padre me haya hecho esto. Yo siempre he confiado en mi papá. El padre intuyendo lo que expresaba el niño, le dijo: HIJO MÍO, APRENDE A NO FIARTE NI DE TU PADRE.