Criminales franquistas ASESINARON a casi un centenar...

Criminales franquistas ASESINARON a casi un centenar de REPUBLICANOS, arrojándolos a los profundos pozos de Arucas, en Gran Canaria.

En Arucas, al norte de la isla de Gran Canaria, existía una arraigada vocación obrera, se estima en unas 2.000 las personas afiliadas a los principales sindicatos. En este municipio existía una oligarquía importante que controlaba el cultivo de la platanera y de la caña de azúcar. En 1936, el Frente Popular obtuvo la mayoría absoluta en el Ayuntamiento Arucas, Juan Doreste Casanova del PSOE fue el último alcalde Republicano del municipio. Cuando el golpe de Estado, y ante las disposiciones del Gobierno Civil de Las Palmas en Arucas, los Republicanos hicieron frente a los alzados, pero los militares, con clara superioridad de armamento y efectivos, consiguieron tomar el municipio.

La estrategia seguida por los golpistas militares estuvo basada en el terror y exterminio de cualquier tipo de oposición. Se ha podido documentar que en toda Canarias unas 3.000 personas fueron asesinadas y/o desaparecidas (para otros autores fueron 5.000). Más 260 hombres vecinos o residentes en Arucas padecieron algún tipo de represalia por pertenecer o simpatizar con el Frente Popular (o simplemente por cuestiones personales). Las sentencias militares practicadas en Arucas fueron las más graves en toda Canarias durante la guerra de España. Otros residentes y vecinos de Arucas fueron torturados y vejados, otros fueron privados de empleo y sueldo, otros fueron estigmatizados, observados y perseguidos durante muchos años, otros tuvieron que exiliarse, otros emigraron huyendo de las represalias y otros desaparecieron para siempre.

A comienzos del año 1937, en el municipio de Arucas tuvo lugar una de las terribles y nefastas consecuencias del golpe de Estado. Más de un centenar de hombres, 66 de Arucas, 13 de Gáldar y 28 de Agaete, fueron detenidos, torturados y mutilados, para después ser arrojados, (algunos aún vivos), al interior de 4 pozos (algunos de una profundidad superior a los 100 m) del municipio de Arucas. Los vecinos aseguraron haber escuchado lamentos que procedían del interior del mismo en los días posteriores a las desapariciones. Los condenados sufrieron hemorragias tanto externas e internas, desmembración; la continua caída de otros cuerpos sobre los primeros, supuso un mayor impacto y nuevas luxaciones y desgarros. La gran mayoría de ellos fueron asesinados entre el 18 de marzo y el 4 de abril de 1937, en una de las más crueles oleadas de represión franquista que se vivió en Gran Canaria.

Los 4 pozos, realizados originalmente para captación de agua, se localizan en el norte de la isla de Gran Canaria, en los lugares denominados Puente del Barranco de Arucas, Llano de las Brujas de Montaña Blanca, Puente del Barranco de Tenoya y Vuelta de El Francés (La Jimona). El nombre de Llano de Las Brujas procedería de los hechos allí acaecidos, por las noches se veían las luces de los faros de las camionetas, las detonaciones de las armas de fuego, voces, ruidos.. Las gentes creían que eran producto de “juntas de brujas”. Los pozos, lejos de pasar inadvertidos, son conocidos y reconocidos como tumbas silenciadas, que si bien se han intentado silenciar e, inclusive, olvidar, siguen patentes y latentes en la memoria colectiva.

Las desapariciones fueron minuciosamente preparadas a través de un operativo militar, ordenado por los altos mandos, que delegó la realización de estos actos luctuosos e ignominiosos en falangistas, guardia civil, municipal y de asalto, con la ayuda de las administraciones franquistas y de diversos particulares. Estas“brigadas del amanecer” sacaban por la fuerza de sus casas, de noche o de madrugada, a desafectos al golpe de Estado, concejales del Frente Popular, sindicalistas, simpatizantes o afiliados a partidos de izquierdas, etc. Las víctimas habían sido internadas en el campo de concentración de La Isleta y luego, en el de Gando. Unos días antes de los asesinatos, fueron trasladados a Arucas, donde fueron interrogadas, sufrieron malos tratos, torturas, etc. Moribundos, muertos o todavía vivos eran llevados a los pozos para ser arrojados al interior de los mismos. Generalmente, los que fueron directamente asesinados recibieron un disparo en la cabeza. Otros fueron arrojados a los pozos empujados y golpeados con las culatas de los fusiles.

En los últimos años, en Canarias, se ha llevado a cabo la Exposición “Los Pozos del Olvido. La represión franquista en el norte de Gran Canaria”, una muestra integrada por paneles divulgativos elaborados por la Asociación por la Memoria Histórica de Arucas (AMHA). La muestra recoge la realidad ocultada durante décadas del trágico destino de las víctimas y sus familias. Consta de 30 paneles en los que se trata de exponer la triste historia de los pozos de Arucas, el terror, el silencio y el olvido.