Y... ¿Que pasó con Isabel? La niña de las trenzas rubias.

LAS MIELES ENGAÑOSAS
Intento clasificar mi vida por etapas, o como se dice en la biblia, por pasajes, pero no me atrevo a quedarme con ninguno en concreto,! cada uno de ellos, ahora todos me parecen maravillosos, debe ser producto de la juventud,! divino tesoro", no se si alguna vez he contado aquellas cosas que a todos los niños les gusta tanto, a mi en especial me gustaba una chiuca que se llamaba Isabel, ella a mi me hacía poco caso, pero yo me conformaba con verla salir del cole con su cartera en plan mochila, con unas trenzas rubia que le colgaban por la espalda, se podría decir que era a la unica niña que miraba. Con el tiempo, me hice amigo de su hermano que era un año mas joven que yo y entonces yo cambioaba la ruta para volver a cas, de esa manera podia hablar con Isabel y contarle cuales eran mis proyectos. Ella hablaba poco, se notaba que le daba un poco de vergüenza hablar conmigo, hasta que un día me preguntó cuales eran esos proyectos de los tantas veces le había hablado, uff, eso me gustó, entonces empec´ñe a sentirme cómodo y con ese peculiar acento que yo entonces tenía le dije: Cuando yo sea grande, mi mayor ilusión sería volver a mi pueblo, recorrer la orilla del río, embelesarme en un pequeño salto de agua, corretear cazando saltamontes, correr detrás de la luna en esas noches estrelladas, subir hasta el torreón del castillo y descubrir que todas esas leyendas que contaban los abuelos eran falsas, allí arriba no había ni fantasmas ni un moro vizco que secuestraba a los niños. Isabel me miraba como si estuviese encantada, sin decir nada con unos ojos muy grandes, ella no había visto nunca un rio como el que yo describía, ni había visto nunca un saltamontes, ignoraba el croar de las ranas, no sabía que era un rastrojo ni tampoco el ir de "rebusco" de espigas cuando terminaba la siega, ella no conocía todo eso lo mismo que yo, nunca había visto el mar.
Cuando un día ya éramos grandes, mi pasión por ella había aumentado, pero no se como explicarlo, ya era de otra manera, antes la consideraba la niña más guapa y ahora la consideraba una amiga imprescindible.

Y... ¿Que pasó con Isabel? La niña de las trenzas rubias.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Isabel creció al igual que yo, cuando empecé a trabajar dejé de verla, pero todo eso será el comienzo del siguiente capítulo.