IÑAKI GABILONDO....

IÑAKI GABILONDO.

¿Ortodoxia, qué ortodoxia?
Ahora hay que echar todo el carbón a la caldera, y después, todos juntos, afrontar las consecuencias teniendo en cuenta que cuando todo pase no volveremos al punto en el que estábamos hace un mes

LA VOZ DE IÑAKI | 17/03/20 | ¿ORTODOXIA, QUÉ ORTODOXIA? / CADENA SER

IÑAKI GABILONDO
MADRID
17/03/2020 - 08:15 CET
Leo Les Echos. Estamos ante una doble guerra; guerra contrarreloj para frenar la propagación del virus y guerra de resistencia para mantener las constantes básicas de la sociedad. En la primera, la ciencia de todo el mundo prueba medicamentos para contener una expansión desbocada a la espera de dar con la vacuna, que busca afanosamente. En la otra guerra, la del mantenimiento de las constantes vitales básicas de nuestras sociedades, la preocupación es también enorme: la economía se tambalea, las Bolsas se hunden y se observan grandes dudas sobre las decisiones a tomar. El dilema es tratar a respetar hasta donde se pueda los marcos establecidos respecto a déficit, endeudamiento, etc... o bien saltárselos y actuar para responder al desastre con las medidas que hagan falta cueste lo que cueste.

La opinión de Iñaki Gabilondo. / CADENA SER

Hubiéramos debido tener una respuesta concertada al menos por toda la UE hace tiempo pero Europa ha naufragado por completo una vez más y ha permitido un sálvese quien pueda catastrófico que ahora quiere parchear con reuniones a la carrera que, así y todo, bienvenidas sean.

Con el respeto debido a los especialistas, creo que el dilema arriba planteado es menos económico que político, abierto por tanto a todas las opiniones. La mía es que la ortodoxia ha saltado por los aires, y que ante la excepcional dureza de esta situación extraordinaria, no tiene sentido invocarla. Es una crisis distinta a cualquier otra y ningún movimiento ortodoxo, ni de los bancos centrales ni de la reserva federal, está sirviendo de nada.

Pienso, por tanto, que ahora hay que echar todo el carbón a la caldera, y después, todos juntos, afrontar las consecuencias teniendo en cuenta que cuando todo pase no volveremos al punto en el que estábamos hace un mes. Se alzará ante nosotros una montaña alta y empinada llena de escombros; entonces se necesitará una mirada económica distinta y una mayoría política reforzada en dimensión y transversalidad.