Lo que llamamos la juerga flamenca, Flamenco y copla, su historia y sus intérpretes

El Cuarto de Cabales
Flamenco:

Cualquier aficionado al flamenco sabe lo que es un cuarto de cabales. Cabal es todo aquello que se finaliza bien o que queda rematado. Según los entendidos e historiadores del flamenco y, testimonios de aficionados al flamenco, el cuarto de cabales es un lugar donde se reúnen aficionados o profesionales a una fiesta, o evento flamenco con asistencia de invitados o público y, después se quedaban algunos, para continuar cantando libre de condicionamientos por parte del público y, proseguir a modo de juerga la velada, pero con la libertad de cantar lo que en esos momentos apetece a cantaores y guitarristas, ya fueran profesionales o aficionados.
Los lugares de estos recintos a los que se denomina "Cuarto de Cabales" pueden darse en diferentes circunstancias, bien en un cuarto aparte del lugar de una actuación pública, como puede ser un tablao flamenco, domicilio de una persona, previa cita o reunión de amigos allegados, o en sedes de peñas en grupos minoritarios, con el fín de disfru tar de un buen rato flamenco, aunque a veces se amanecía dada las circunstancias especiales del momento y el lugar.

Reuniones de amigos y familias en diferentes lugares, casas particulares o patios, donde se practica con libertad absoluta sin condicionamiento alguno el flamenco.

Lo positivo de estas reuniones en los cuartos de *cabales,* por lo general, es el grado de creación artística de los interpretes, el respeto del oyente hacia el que interviene con su cante o toque.
Generalmente, el ambiente transcurre en un buen grado de amistad, con resultados positivos para todos. (nunca, hay regla sin excepción).

Recuerdos de aquellos años vividos entre 1.95.. hasta los 70 del pasado siglo XX son, asistir en numerosas ocasiones, los fines de semana a reuniones en casas de vecinos, sobre todo de la de mi abuelo, y bodegas de la localidad, donde se cantaba flamenco, con la asistencia frecuentemente de algún guitarrista aficionado. Siempre que alguien cantaba, los demás atendían en silencio absoluto, esto ocurría con frecuen cia en aquellos años, y los cantes que más proliferaban, eran de Chacón, Fosforito, Marchena, Valderrama, Caracol, Pepe Pinto etc.. en definitiva, cantes de cantaores /as de fama por aquellos años, con afluencia de fandangos de todo tipo y, las coplas que sonaban en la Radio, siendo el medio más común de difusión; como los Cuatro Muleros, La Rosa, Los Campanilleros, la milonga La hija de Juan Simón, etc... Lo curioso de aquellos aficionados, alguno de ellos poseían buenas condiciones bocales, aprendían los cantes a base de oír la Radio, o escuchar los pocos discos de pizarra que disponían algunos de los participantes.
En estos nuevos tiempos que discurren, todo a cambiado bastante, es difícil encontrar amigos o conocidos que se reúnan en "los Cuartos de Cabales". La juventud desconoce en su mayoría el flamenco, y se decanta por otro tipo de música (si es que se puede llamar música a las nuevas tendencias enlatadas).

Debemos mencionar algunos de estos amigos que mantienen, dentro de nuestras posibilidades, un buen hacer, practicando, analizando e intercambiando nues tros humildes conocimientos, siempre con el ánimo de aprender y disfrutar del flamenco. Entre ellos se encuentran, Alejandro Garcia Cuellar, expresidente y fundador de la peña la "Siguiriya" de Valladolid, perso na con grandes conocimientos de flamenco, siempre es un lujo escuchar sus ponencias. Miguel Uña, guitarris ta habitual, que con constancia y dedicación imparte clases a alumnos, entre los que se encuentran Oscar Ve cino, aventajado en el toque de guitarra, Miguel Angel "Puas" y Jose Antonio, seguidores todos ellos de las enseñanzas del maestro Miguel, por otra parte, participe de una escuela clási ca, se encuentra entre nosotros Faustino de Dueñas, guitarrista, gran aficionado al flamenco, también habitual asiduo de nuestro cuarto cabal Como cantaor y buen aficionado contamos con la participación de Jose A. Gallo. persona que ha dedicado gran parte de su vida como cantante de orquesta y, después de su retirada de los escenarios, se decanta por el cante flamenco. Entre todos, y algún aficionado más, que pasa por hacernos compañía, algún que otro día, tratamos de mantener viva la afición y aprender cada día más, dentro de las posibilidades de cada uno.

La Caña grabada en una de estas veladas con un móvil, aunque el sonido y la grabación son un poco deficientes sirva como ejemplo la disposición de estos buenos aficionados de Valladolid por mantener vivo el Arte Fla menco. Para ellos nuestrs gratitud.

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