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LA VOZ:
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El cante flamenco tiene su "voz propia", con una peculiar tensión, hay que saber "estirar" la voz.

En la historia del flamenco se han registrados los siguientes tipos de voz para el cante:

Voz "afillá": Que toma como modelo la del Fillo. Es una voz ronca, rozada y recia. Ejemplos son Manolo Caracol y María Borrico. Esta voz fue la más apreciada entre los entendidos del siglo XIX. Es apta para los madalidades: siguiriya, bulería, toná, soleá. "Es la voz del venerable cante primitivo" (Molina/Mairena, p. 82).

Voz redonda: Es la que se acostumbra a llamar "flamenca". Dulce, pastosa y viril. Prototipo fue Tomás Pavón. "La voz viriloide de las grandes cantaoras (La Serrana, Merced la Serneta, Pastora Pavón "Niña de los Peines.

Voz natural: Es la voz de pecho o gitana, la voz de Manuel Torre, diferente de la "afillá". La voz gitana está muy cerca de la redonda, pero se diferencia de ella por la desgarradura que se llama "rajo". Precisamente en ese desgarro coincide con la voz afillá.

Voz fácil o cantaora: Es una voz fresca y flexible, adecuada para los cantes festeros. Ejemplos: La Paquera y Perla de Cádiz.

Voz de falsete: es poco apta para cantes básicos, pero sí para los adornos, Floreos y arabescos. Su introductor fue el maestro Chacón. Ejemplos: Niño de Marchena. Es típica para cantes de Levante.

La VOZ, durante el desarrollo de la copla, adiciona elementos vocales, no literarios, que matizan y dan carácter: las glosolalias ("trajilitrajilitra") y los vibratos labiales. El "ay" adquiere rango glosolático.
A veces, los ayes no se presentan puros, sino asociados a glosolalias más o menos complicadas, tales como > "tiritiriri... ay" o "lerelerele... ay" (en la soleá). La máxima pureza de los ayes se registran en los iniciales de la siguiriya y de los tientos. [...] Los vibratos labiales son característicos de los cantes gitanos.
Aparecen en la soleá, la siguiriya, la bulería, el tango, la cantiña, etc. [...] Los cantaores vulgares abusan sin arte del babeo, que practican conscientemente sin tener en cuenta que el modismo, tan espontáneo de Sevilla y Cádiz como el uso de las vocales finales, cerradas, no lo utilizan los cantaores de aquella tierra por sistema, sino con la misma naturalidad con que usan de su especial fonética.

Molina, Ricardo / Mairena, Antonio:
Mundo y formas del cante flamenco.