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EDUCACIÓN
El mejor niño lector del mundo tiene 11 años y es de Jerez de los Caballeros
Sergio Sánchez gana el premio Odilo Young Readers 2019 que ha recibido en el Parlamento Europeo tras imponerse a cuatro millones de estudiantes de todo el mundo

ADRIÁN CORDELLAT
Madrid 18 MAR 2019 - 22:44 CET
Pese a una mejora evidente en los resultados, los niños españoles se volvieron a quedar 12 puntos por debajo de la media de la OCDE en comprensión lectora según los últimos datos del prestigioso informe PIRLS, que analiza las competencias lectoras de los estudiantes de 4º de primaria (9-10 años). Sin embargo, resulta que el mejor lector joven del mundo se llama Sergio Sánchez, tiene 11 años y es español. Así lo atestigua el Premio Odilo Young Readers 2019, que Sergio recibió el pasado 6 de febrero en el Parlamento Europeo tras imponerse a cuatro millones de estudiantes de todo el mundo de entre 9 y 11 años con acceso a la plataforma Odilo, una biblioteca digital inteligente.

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El mejor niño lector del mundo tiene 11 años y es de Jerez de los Caballeros.

El reconocimiento conjunto de la Comisión Europea y de Odilo fue a parar a Sergio, según María Teresa San Segundo, field marketing manager de la empresa española, “por su constancia, porque lee absolutamente todos los días, porque ha sido el que más ha leído y el que más ha mejorado sus habilidades lectoescritoras y de lectura creativa, así como otras competencias como el dominio del inglés”. De hecho, a San Segundo le sorprendió la fijación del pequeño por los audiolibros en inglés.

La prueba de su dominio de este idioma la ofreció el 6 de febrero en Bruselas, en el edificio Altiero Spinelli del Parlamento Europeo. Allí, acompañado por Rodrigo Rodríguez, fundador de Odilo, el niño ofreció un discurso completamente en inglés de más de tres minutos. Sin titubeos. Sin tembleque en la voz. Con esa irreverencia propia de la infancia. Su acento neutro solo se quebró cuando citó a su colegio y a su pueblo: CEIP Rodeo de Jerez de los Caballeros. Hay nombres que no pueden escapar al acento extremeño.

“Good morning, ladies and gentlemen”, arrancó Sergio ante el auditorio, como si llevase toda una vida ejerciendo de maestro de ceremonias, antes de mostrar su orgullo por tener la oportunidad de representar a los millones de niños lectores del mundo: “Mi premio es el premio de todos los niños a los que les gusta leer”.

Durante su intervención, el niño extremeño insistió en su preferencia por los audiolibros, que acostumbra a escuchar cada noche antes de ir a dormir, ya que le permiten mejorar su capacidad de comprensión y de pronunciación en inglés. Como a cualquier niño de 11 años, le gustan los libros de acción y de aventuras, especialmente Erik Vogler y los crímenes del rey blanco (Edebé), de Beatriz Osés, y la saga de Harry Potter. María Teresa San Segundo, no obstante, añade que Sergio es un apasionado del teatro y que, entre otras obras, ha leído La zapatera prodigiosa, de Federico García Lorca.

“Los libros despiertan a menudo la imaginación, especialmente entre los lectores jóvenes. Por eso los mejores lectores son también mejores pensadores”, afirmaba en una entrevista reciente el prolífico escritor estadounidense James Patterson, que señalaba la importancia de la lectura para “salvar vidas”. No será Sergio quien le lleve la contraria. “Leer en general me permite ejercitar mi imaginación, inventar mundos fantásticos e imaginar situaciones imposibles. Leer me permite comprender y expandir los límites de mi mente”, explicó durante su intervención.

Como no podía ser de otra forma, Sergio aprovechó su privilegiada posición y el altavoz que ofrece el Parlamento Europeo para animar a todos los niños del mundo a que disfruten de la lectura y del entretenimiento y del aprendizaje que proporcionan los libros. Solo cambió el inglés por el castellano para cerrar su ponencia con una frase que es en sí misma un titular: “La lectura puede ser para un niño un juego perfecto.

Buenos días.

Bien merecido el premio. Como quiera que en estos temas solemos discrepar, es de recibo dar un buen aplauso: Plas, plas, plas, plas... Seguro que estamos de acuerdo sin discusión.