DOPAJE....

DOPAJE.

La Guardia Civil se incauta de la mayor partida de EPO de Europa.

Apresa 850 inyectables de uso legal que eran distribuidos a través de una red por un médico de un hospital público de Cádiz.

José Carlos Carabias.

Actualizado: 30/01/2020 09:08h.

La Guardia Civil ha asestado uno de los golpes más potentes a los submundos del dopaje en España. En una intervención que de alguna manera recuerda a la operación Puerto que destapó las cloacas de Eufemiano Fuentes y su red fraudulenta en el deporte, la Unidad Central Operativa (UCO) se ha incautado de la mayor partida de eritropoyetina (EPO) requisada en Europa. Más de 850 inyectables de este medicamento que se emplea en uso hospitalario para el tratamiento de la anemia en pacientes con enfermedad renal crónica y también en ciclos de quimioterapia para combatir el cáncer, pero que en el deporte se considera trampa ya que la estimulación de los glóbulos rojos permite un mayor rendimiento en actividades de ejercicio aeróbico. La UCO ha detenido a un médico de un hospital público gaditano que distribuía la EPO valiéndose de su condición privilegiada. Además era el responsable de una clínica de diálisis en la provincia de Cádiz.

La principal novedad de esta operación realizada por la Unidad Central Operativa consiste en que los 900 viales de EPO eran de curso legal, eritropoyetina que se sustraía de un hospital y una clínica de diálisis para introducirlo en el dopaje deportivo.

No se trata de aprehensiones de EPO procedentes de China, India o Australia que terminaban en España a través del conducto habitual de compra por internet. Al contrario. Salían desde los dispensarios de un hospital público, medicamentos financiados cien por cien con dinero público.

Según ha conocido ABC, el procedimiento de salida de la EPO de curso legal era sencillo, algo así como la multiplicación de los panes y los peces. Un médico con cobertura para desempeñar funciones relacionados con este medicamento, realizaba un pedido por el doble de lo necesario a cuenta del hospital. Si necesitaba 20 viales de EPO, el susodicho galeno solicitaba 40. Veinte para el centro hospitalario y veinte para la distribución en la red de dopaje en la que estaban inmersas más personas. Un ciudadano serbio-húngaro con pasaporte esloveno que vivía en Barcelona y que fue detenido por los agentes españoles.

Pero el procedimiento del doctor gaditano es la clave. Realizaba el pedido de EPO multiplicado por dos: una parte para el hospital y otra para él y su trama de distribución de sustancias prohibidas en el deporte. Según los investigadores, el doctor español se valía de las grietas del Estado y de los controles sanitarios en la Junta de Andalucía para efectuar los pedidos sin levantar sospechas. Fuentes consultadas por ABC consideran que el médico ha podido estar sustrayendo medicamentos de manera ilegal durante casi diez años.

Los usuarios de la EPO, deportistas localizados por los investigadores así como otros muchos que permanecen en el anonimato, acudían a varias webs en español que ofrecían la posibilidad de adquirir el producto mágico para elevar el nivel de hematocrito y que además añadían un manual de instrucciones para utilizar, guardar e inyectarse EPO para oxigenar la sangre. Webs con denominaciones sin tapujos (epototal. eu; epobest. com) conectadas a otros de similares características (steroidesfr. com; eesteroides. com; o steroidihr. com).

Webs que han sido intervenidas por la Guardia Civil y que en realidad eran supermercados ambulantes de la trampa, que cambiaban de ubicación online o de denominación, pero nunca de función, el tráfico de medicamentos prohibidos en el deporte. Unas páginas que se relacionaban entre sí con las otras.

Los detenidos son el médico gaditano y el ciudadano serbio-húngaro que vivía en Barcelona. Los agentes de la UCO relacionan con la trama de suministro de dopaje a un exciclista profesional que reside en el centro de Europa y que también encargaba pedidos de EPO en las webs referidas para comercializar con ellos. Este exdeportista realizaba viajes de 2.000 kilómetros o más por carretera desde su domicilio hasta Barcelona cada vez que tenía que recoger la eritropoyetina y pagar al contado.

Las páginas de internet que vendían la EPO garantizaban el suministro de Eprex (una marca comercial de la eritropoyetina) de una manera “rápida y discreta con número de seguimiento incluido”. “La EPO llega en el paquete frío”, aseguraban. Casi todas las webs ofrecían varios métodos de pago: transferencia bancaria a una cuenta en la UE, BitCoin con descuento adicional del 10 por ciento; o empresas de transferencias monetarias con base en Estados Unidos.