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Quién es Carlos Lesmes y por qué no ha dimitido como presidente del Poder Judicial (1°/....)

Lesmes lleva casi cuatro décadas de carrera profesional. Pero más de dos tercios de ese tiempo ha ejercido en puestos a los que ha llegado con el apoyo del PP. Ha sido un largo ascenso hasta la cumbre de la Justicia, de un cargo a otro, siempre apoyado por una red de favores cruzados: hoy por ti, mañana por mí

El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial cobra 142.000 euros al año, más chófer, más secretarias, más dietas. Es uno de los sueldos más altos de la Administración: un 40% más que el presidente del Gobierno, por comparar. Pero la razón por la que Carlos Lesmes lleva casi tres años con el mandato caducado y no ha dimitido todavía, aunque fuera por dignidad, no solo tiene que ver con las condiciones materiales objetivas. Es algo más.

Carlos Lesmes (Madrid, 1958) proviene de una familia acomodada, conservadora y de fuertes convicciones cristianas, que él también mantiene. Estudió en La Salle Maravillas, un colegio privado católico en el barrio de El Viso, en el distrito de Chamartín, el de mayor renta per cápita de Madrid. Se licenció en Derecho en 1980, por la Universidad Autónoma de Madrid.

Cuatro años más tarde, en 1984, aprobó las oposiciones a la carrera judicial. Es una prueba conjunta, para ser juez o fiscal.

Lesmes opta por la carrera fiscal: un año en la Audiencia de Alicante, seis en el TSJ de Madrid y otro más en el Tribunal Constitucional. En 1993, deja la Fiscalía. Tras superar una segunda oposición de especialista en Contencioso-Administrativo, pasa a ser juez y entra como magistrado del TSJ de la Comunidad Valenciana. Allí está cerca de tres años.

En 1996, se incorpora como alto cargo del primer Gobierno de José María Aznar. Y desde entonces hasta hoy, todos y cada uno sus ascensos y promociones se explican en gran medida por su cercanía al Partido Popular.

Lesmes lleva casi cuatro décadas de carrera profesional. Pero más de dos tercios de ese tiempo, ha ejercido en puestos a los que ha llegado con el apoyo directo del PP, o de los vocales del Poder Judicial nombrados por el PP. Son 25 años de 37: el 67% de su vida laboral.

Esa carrera política, y no solo judicial, comenzó hace un cuarto de siglo, con la victoria de José María Aznar en marzo de 1996, cuando el primer Gobierno del PP le nombró alto cargo del Ministerio de Justicia. En la primera legislatura de Aznar, ejerció como director general de Objeción de Conciencia. En la segunda, desde el año 2000, fue director general de Relaciones con la Administración de Justicia, un puesto importantísimo en ese ministerio porque es quien hace de enlace del Gobierno con los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), con la Fiscalía y con las distintas asociaciones judiciales.

“Me llama el director general”
En esos ocho años de gobierno del PP –desde 1996 a 2004–, Carlos Lesmes estuvo a las órdenes de todos y cada uno de los ministros de Justicia de la era Aznar: Margarita Mariscal de Gante, Ángel Acebes y José María Michavila. También coincidió allí con el exministro del Interior Juan Ignacio Zoido, que fue director general de Justicia en la primera legislatura de Aznar. Además, fue subordinado de Rafael Catalá, entonces secretario de Estado y más tarde ministro de Justicia con Rajoy.

En esa época, Lesmes también trabó relación con el Consejo General del Poder Judicial y con su presidente desde el año 2001, Francisco José Hernando, con el que hablaba de forma habitual.

El ministro de Justicia de entonces, José María Michavila, se jactaba de que ni siquiera le hacía falta llamar al presidente del Poder Judicial y del Tribunal Supremo para dar instrucciones. Era una función que delegaba en su subordinado Carlos Lesmes.

Un vocal de aquel CGPJ recuerda que Hernando llegó a interrumpir un pleno del consejo porque Lesmes le telefoneó.

–Perdonad, pero es que me está llamando el director general–, dijo Hernando, mientras salía de la reunión.

–Presidente, que usted es la sexta autoridad del Estado...–, le reprochó un vocal de aquel consejo. Sin éxito.

Hoy por ti, mañana por mí
Tras la victoria de Zapatero, Lesmes fue cesado y dejó el Gobierno. En 2005, volvió a su plaza como juez, que entonces estaba en la Audiencia Nacional.

Pocos meses más tarde, en septiembre de 2005, a Lesmes le llegó el siguiente nombramiento: presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional.

En aquel momento, descontando su paso por el Gobierno y por la Fiscalía, Lesmes había ejercido menos de cuatro años como juez.

Este ascenso a presidente de Sala es discrecional. Tiene muy poco que ver con un concurso de méritos y capacidad.

La mayoría de las plazas de la carrera judicial se reparten por un sistema de puntos donde lo que más pesa es la antigüedad. Pero hay otros cargos, los más importantes, que decide el CGPJ. Entre otros, los nombramientos al Tribunal Supremo o las presidencias de las salas, de las audiencias provinciales o de los Tribunales Superiores de Justicia autonómicos.

La llegada de Lesmes a la presidencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional fue, por tanto, una suerte de puerta giratoria judicial.