HOY POR HOY...

HOY POR HOY
LA FIRMA DE IÑAKI GABILONDO
Comportamientos nada ejemplares
La desescalada se ha convertido en una competición de vanidades, de orgullos heridos y memoriales de agravios entre comunidades

IÑAKI GABILONDO
MADRID
11/05/2020 - 09:08 CET
En la crisis del COVID-19 nos la jugamos en tres dimensiones: en la disputa entre el Tribunal Europeo y el Constitucional alemán; nos jugamos el cuánto y el cómo de la ayuda que podemos esperar de Europa. En la cordura y responsabilidad de los 46 miembros de la Comisión para la Reconstrucción Económica y Social nos jugamos la salida ordenada de esta catástrofe y tal vez el futuro a medio plazo. Y en nuestro comportamiento cívico, nos jugamos la evolución de la epidemia, que marca todos los pasos en todos los terrenos.

Hoy, cuando media España entra en una nueva fase, quiero detenerme en este punto que estamos tratando con paños calientes y excesiva condescendencia. Como nos encanta autoelogiarnos y tanto las autoridades como los medios de comunicación nos inclinados a halagar a nuestras respectivas clientelas, hemos aplaudido (con razón) los muchísimos gestos solidarios que el confinamiento ha traído, pero las malas conductas ciudadanas en el de confinamiento las estamos comentando de refilón. Salimos del paso con una frase hecha: ejemplar comportamiento de la población con algunos casos minoritarios de incivismo.

Y eso es una verdad a medias, es decir, una mentira. La verdad entera es que el mayoritario buen comportamiento está, no ya salpicado por pequeñas indisciplinas aquí y allá, sino por una irresponsabilidad decepcionante cada vez menos minoritaria entre jóvenes y entre no tan jóvenes. Me explico; la irritación del personal sanitario ante la frivolidad que impera en nuestras calles, una frivolidad insensata que nos muestra una sociedad con altos niveles de infantilización, acción y resultado tal vez de la banalización general que lleva años invadiendo todos los rincones. Es una inconsciencia alimentada por los malos ejemplos que nos llegan de la política, que interpreta cada norma como una prueba más de abuso de poder, y cuya capacidad para encadenar una bronca con otra es inagotable. Ahora ha convertido la desescalada en una competición de vanidades, de orgullos heridos y memoriales de agravios entre comunidades. Creo que sería mejor que las autoridades de todas ellas contribuyeran a controlar las impaciencias y a orientar el espíritu de emulación en una dirección es útil, estimulando a sus ciudadanos a ser los mejores en el respeto a las medidas barreras. En eso nos jugamos más que en de fase una semana antes o una semana después.

ESTO TAMBIEN ES EJEMPLO DE BUENA PRENSA.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Está muy bien lo que dice el Sr. GABILONDO