HISTORIAS DE LA ABUELITA

La abuelita nos contaba
historias para dormir,
hoy me viene a la memoria
una que empezaba así.
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Yo tenía una vecina
que en días de ventolera
se llenaba de chinarros
bolsillos y faldriquera.

Decía que por los niños,
que siempre la molestaban
llamándola “tía palillo”,
por lo delgada que estaba.

Y si le tiraba piedras
por lo menos se alejaban,
¡Pero era para hacer peso,
pues el viento la arrastraba!

Y la pobrecita mía
¡Ay! Que penita me daba,
yo la cogía de la mano
“ pa” que no se la llevara.

Porque al estar yo gordita
al menos la sujetaba,
“aguantándola con fuerza
que trabajo me costaba”

En mis sayas se metía
para ocultarse del viento,
solo sacaba la cara
delgada como un pimiento.
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¡Así que ya lo sabéis!
para que no os lleve el viento,
tendréis que comer de todo
coles, patatas,” pimientos”,

Que no os quede la carita
como la mujer del cuento,
esa buena vecinita
delgada como un “sarmiento”.
Pa. Sa. Ma.